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Ya estamos en la estación en la que los fríos van apareciendo según nos adentramos en ella. De hecho, para cuando pasa Todos los Santos y se llega a finales de noviembre, los fríos ya están presentes en nuestro día a día. Y necesitamos tener el sistema de calefacción de nuestros hogares a punto y dispuestos a calentar nuestras vidas.

En España hay más de 17 millones de viviendas. Predominan los hogares en pisos, 12 millones, frente a las viviendas unifamiliares, 5,1 millones. Son datos aportados por la Oficina Europea de Estadística (EUROSTAT) y el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE).

Pero uno de los datos más relevantes al respecto es que casi la mitad de la energía que gastan las familias españolas va directamente destinada a calentar las viviendas.

Una gran variedad de sistemas de calefacción

Lo más recomendable es tener todo a punto y preparado para cuando realmente llegue el frío. Evitaremos de paso no solo las incomodidades de estar ateridos y un malestar generalizado en el hogar, sino también los tan temidos catarros y similares.

Por todas estas razones, y para tener a punto nuestro sistema de calefacción, éstas son las mejores pautas para controlarlo. Hoy en día, en el mercado hay multitud de sistemas de calefacción, que hay que saber elegir según sea nuestra vivienda, el uso que le vayamos a dar, los miembros de la unidad familiar e incluso la orientación de la vivienda y su ubicación.

Para empezar, las variedades de sistemas de calefacción suelen dividirse según la fuente de energía que utilizan, que puede ser:

  • Biomasa.
  • Geotérmica.
  • Solar.
  • Eléctrica.
  • Gas.

Otra división obedece a la maquinaria que logra obtener el calor. Entonces se puede elegir entre las siguientes:

  • Suelo radiante.
  • Bomba de aire.
  • Sistema eléctrico por acumuladores.
  • Eléctrico por convectores.
  • Por emisores termoeléctricos.
  • Las más clásicas calderas con radiadores de agua.

El termostato, un elemento esencial

La pieza fundamental, una vez conocidos los datos de consumo y los distintos aparatos y fuentes de energía para los sistemas de calefacción, es el termostato, que permite conseguir condiciones de confort y ahorro energético en nuestras viviendas.

Es decir, es un elemento que sirve para regular la temperatura de la dependencia en la que esté instalado, en función de una consigna que se le haya fijado. Los hay de varios tipos:

  • Termostatos de calefacción analógicos. Son los termostatos convencionales de toda la vida.
  • Termostatos de calefacción digitales. Los más extendidos en el mercado.
  • Cronotermostatos de calefacción digitales. Un equipo mucho más preciso, ya que al ser programables permiten controlar el encendido y apagado de la calefacción.
  • Termostatos inalámbricos. No necesitan cableado con la caldera, emiten la señal a través de una red de radiofrecuencia.
  • Cronotermostatos inteligentes. La última innovación. Incorporan Wi Fi.

Temperaturas recomendadas

El Boletín Oficial del Estado publica las temperaturas oficiales que deben guardar los edificios de las administraciones públicas. Y son bastante precisas:

A) La temperatura del aire en los recintos calefactados no será superior a 21 ºC, cuando para ello se requiera consumo de energía convencional para la generación de calor por parte del sistema de calefacción.

B) La temperatura del aire en los recintos refrigerados no será inferior a 26 ºC, cuando para ello se requiera consumo de energía convencional para la generación de frío por parte del sistema de refrigeración.

C) Las condiciones de temperatura anteriores estarán referidas al mantenimiento de una humedad relativa comprendida entre el 30% y el 70%.

De la cuestión se ha ocupado el Instituto Nacional de Seguridad de Higiene en el Trabajo (INSTH) que elaboró una guía para aplicar el Real Decreto 486/1997 que establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud que deben cumplir los lugares de trabajo, entre las que está la temperatura.

El INSTH marca un intervalo de temperaturas en las que debe estar el lugar de trabajo, según la actividad que se realice:

  • Para trabajos sedentarios propios de oficina: la temperatura debe estar entre 17ºC y 27ºC.
  • Para trabajos ligeros: la temperatura debe estar entre 14ºC y 25ºC.

No obstante lo anterior, el INSHT hace unas recomendaciones según la estación del año, ya que la ropa que lleven los empleados, más ligera o de abrigo, es un factor a tener en cuenta:

  • En verano, aconseja que la temperatura esté entre 23ºC y 27ºC.
  • En invierno la recomendación es que haya entre 17ºC y 24ºC.
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