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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) declaró 2014 «Año Internacional de la Agricultura Familiar», bajo el lema «alimentar al mundo, cuidar el planeta». Se trata de un eslogan sencillo, pero que concentra en pocas palabras dos de los retos más importantes a los que se enfrenta actualmente la humanidad: responder al incremento de la demanda alimentaria que traerá consigo el crecimiento demográfico global, y al mismo tiempo garantizar la sostenibilidad de la actividad productiva y el respeto al medioambiente.

Ambos objetivos tan solo podrán alcanzarse a través de un modelo de producción agraria muy próximo al de la agricultura familiar. Tradicionalmente, este sistema se ha caracterizado por la mejora continua de las explotaciones y sistemas de producción, tanto para garantizar el mayor bienestar posible a todos los miembros de la unidad familiar, como para poder legar a sus descendientes una herencia mejor que la recibida. La rentabilidad y sostenibilidad son la base, por tanto, de la agricultura familiar, y la respuesta a los retos alimentarios globales a los que antes se hacía referencia.

En Cajamar Caja Rural siempre nos hemos sentido muy identificados con este modelo agrario. El cooperativismo de crédito en España está ligado a la pequeña explotación campesina, tradicionalmente marginada de los circuitos convencionales de financiación. Las cajas rurales nacieron para fomentar entre los pequeños agricultores y ganaderos la puesta en marcha de cooperativas y proveerlas de servicios financieros, con los que sus socios pudieran hacer frente a los costes de poner en el mercado su producción y a la progresiva modernización de sus explotaciones. En la actualidad, además de los productos y los servicios propios de cualquier entidad de crédito, la especialización agroalimentaria de Cajamar nos impulsa a continuar fomentando entre los agentes rurales la innovación, el conocimiento y el desarrollo tecnológico como herramienta prioritaria de desarrollo y competitividad.

En el ámbito académico, Cajamar colabora muy activamente con iniciativas como las «I Jornadas Internacionales de Agricultura Familiar», celebradas en la Universidad de Almería en mayo de 2014; una oportunidad para reflexionar en profundidad sobre la situación actual y las perspectivas de futuro de la agricultura familiar en el mundo. Con ese objetivo se diseñó un completo programa de conferencias y discusiones desde una perspectiva multidisciplinar, que tuvieron una muy buena acogida entre la comunidad universitaria y los profesionales del sector.

Dado el gran interés de las mismas, y para garantizar el acceso a las conclusiones de las Jornadas, más allá de las limitaciones temporales y geográficas que siempre supone la organización de un encuentro académico de estas características, hemos considerado interesante y oportuno editar la presente publicación. Para ello se han reunido las aportaciones de especialistas de diferentes empresas, universidades y centros de investigación, que exponen los distintos modelos y estrategias que están siguiendo las explotaciones agrarias familiares para adaptarse a las demandas del nuevo sistema agroalimentario global. Un proyecto que finalmente ha podido materializarse gracias al esfuerzo y la ilusión que le ha dedicado Emilio Galdeano, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Almería, que en su momento coordinó la organización de las Jornadas y ahora la edición de esta obra.

La ONU prevé que en 2050 nuestro planeta contará con más de 9.000 millones de habitantes, que necesitarán un 70 % más de alimentos de los que actualmente se consumen. En este crecimiento exponencial de la demanda alimentaria global reside el gran reto del siglo XXI, y en él deben implicarse activamente todos los agentes directa e directamente implicados en la producción. Entre las prioridades está sin duda la necesidad de incrementar la productividad media de las tierras ya en explotación, para evitar el continuo deterioro o la pérdida irrecuperable de zonas con alto valor ecológico. Sobre las explotaciones familiares recae buena parte de la responsabilidad de aumentar el volumen de oferta disponible sin que se disparen los requerimientos de superficie, especialmente sobre aquellas localizadas en países todavía en vías de desarrollo.

La agricultura familiar está en permanente y progresiva transformación al ritmo que le marca la evolución de la sociedad. No obstante, a pesar de la necesidad de adaptación permanente a cada nueva circunstancia, la eficiencia y la sostenibilidad de este modelo productivo depende de que mantenga viva su esencia: la implicación directa en la gestión y toma de decisiones por parte de los miembros de la unidad familiar.

Este libro va dirigido a todas esas familias de pequeños agricultores y ganaderos, con el deseo de que el sector agroalimentario siga siendo motor del crecimiento y factor de progreso para todos los pueblos de la Tierra.

 

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Roberto García Torrente

Director de Innovación Agroalimentaria Cajamar