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La pensión media de un trabajador del régimen general es aproximadamente de media un 40% superior que la cobrada por un trabajador autónomo. Siempre según datos públicos de la Seguridad Social.

En concreto, la cifra que recibieron, de media, los trabajadores autónomos jubilados fue de 703,4 euros, 492,3 euros mensuales menos que aquellos que durante su vida laboral pertenecieron al régimen general de la Seguridad Social

Una diferencia demasiado grande que nos hace preguntarnos: ¿qué causas impiden a este tipo de trabajadores acceder a una prestación adecuada al finalizar su carrera profesional?

Problemas y soluciones del sistema de cotización del autónomo

Es cierto que el hecho de que el autónomo tenga libertad para modificar sus cotizaciones en función de sus ingresos puede traducirse en que dicho colectivo, a diferencia de los asalariados por cuenta ajena, puede diseñar su protección social.

Sin embargo, el hecho de que sus ingresos no sean fijos, sino inciertos, hace que los autónomos opten en su mayoría por cotizar por la base mínima,  lo que evidentemente merma la cuantía de sus prestaciones y de su pensión de jubilación.

Algunas de las posibles soluciones para esta problemática son:

  1. Los autónomos deberían poder cambiar de base de cotización hasta en cuatro ocasiones, en lugar de las dos actuales. Esto parece que se encuentra cercano, dado que parece que el Congreso estudia esta posibilidad.
  2. Otro punto que ayudaría sería que para calcular la prestación se debería tener en cuenta toda la vida laboral. Así como todos los regímenes en los que haya participado. En vez de como está actualmente, que sólo se tienen en cuenta los últimos años de la vida laboral.
  3. Sería también conveniente eliminar el límite de base máxima a partir de los 47 años. Este hecho penaliza a aquellos autónomos que, a pesar de haber tenido buenos ingresos, sin embargo hayan obtenido baches en el último periodo, dado que en estos últimos años habrá bajado su cotización. Lo que, probablemente, hará que merme su pensión de jubilación.
  4. Compatibilizar una pensión al 100% con el trabajo por cuenta propia. Esto sería muy interesante si tenemos en cuenta que muchos autónomos prolongan su vida laboral más allá de los 65 años.
  5. Establecer sistemas públicos de capitalización individual y complementaria, de mejora voluntaria, también ayudaría a mejorar la pensión en el futuro.
  6. Apoyarse en un plan de pensión privado. Ésta es la única salida que les queda a muchos profesionales por cuenta propia. Existen muchas fórmulas de ahorro en este punto:
    • Los propios Planes de Pensiones.
    • Los Planes de Previsión Asegurados (PPA).
    • Los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS).
    • Los Seguros Individuales de Ahorro a Largo Plazo (SIALP).
José María Tamayo Andrade

Staff de Gestión del Negocio en Grupo Cajamar