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Los desafíos de la industria del vino frente al cambio climático son determinantes. Como en muchos otros sectores nos enfrentamos a una problemática global que nos afectará en todos los ámbitos de nuestra vida. La razón es que el cambio climático es la mayor amenaza a la que el planeta se enfrenta. Es el gran problema sin resolver de nuestra época. Las consecuencias ya son perceptibles: 

  • La temperatura media mundial ha aumentado ya 1,1°C desde la época preindustrial. 
  • El período 2015-2019, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), será probablemente el quinquenio más cálido jamás registrado. 
  • La tasa de subida del nivel del mar ha ascendido a 5 mm al año en el quinquenio 2014 -2019. 

Los desafíos de la industria del vino pasan por consolidar sus datos económicos actuales. España cuenta con 969.000 hectáreas de viñedo (el 13% del total mundial). Por tanto, se puede decir que es el primer viñedo del mundo.  

La producción media anual de vino y mosto es de entre 40 y 42 millones de hectólitros (44,4 millones en 2018). Lo que convierte a nuestro país en el tercer productor mundial.  

Más datos. Por ejemplo, la facturación total de las bodegas españolas asciende a más de 7.000 millones de euros y el conjunto del sector representa alrededor del 1% del PIB. Significa que uno de los desafíos de la industria del vino es continuar aportando valor a la economía, ya que en España hay cerca de 4.300 bodegas, de las que 3.075 son exportadoras. 

Retos de la producción vitivinícola en el futuro 

Los desafíos de la industria del vino son ingentes ya que el cambio climático afecta a la producción directamente. Así: 

  • Hay daños en las cosechas y en la producción alimentaria.” 
  • Aumentan las sequías. 
  • Se incrementan los riesgos en la salud. 
  • Abundan los fenómenos meteorológicos extremos, como “danas”, tormentas y huracanes. 

Cajamar ha editado, al respecto, un documento sobre el vino frente al desafío del cambio climático. La publicación describe los retos que afrontará la producción de vino en las próximas décadas y en su redacción han participado treinta profesionales de distintos ámbitos y países, que analizan las cuatro dimensiones del desafío del cambio climático para el sector vitivinícola: 

  1. Las interacciones entre vino y clima. 
  2. Los impactos sobre el sector. 
  3. Las estrategias públicas y privadas tanto de mitigación como de adaptación. 

El vino sobrevivirá al cambio climático 

Raúl Compés explica que “esta monografía es el resultado de la convergencia de tres preocupaciones: 

  1. En primer lugar, la preocupación ciudadana por los efectos negativos del cambio climático en nuestras vidas y en las de nuestros descendientes;  
  2. En segundo lugar, por su impacto en el sector vitivinícola y,  
  3. En tercer lugar, porque se hace menos de lo que se debería frente a la amenaza que representa”.

Asimismo, Vicent Sotés muestra su convencimiento de que la uva y el vino se adaptarán y sobrevivirán al cambio climático, como siempre ha sido en sus aproximadamente 8.000 años de historia.  

Sin embargo, advierte, “lo que nos inquieta es el destino de nuestras viñas, la calidad de nuestros vinos y el futuro de la producción que ha conformado nuestros paisajes y culturas”. 

Equipo BLOG Grupo Cajamar.

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