Más que polvo eres y en polvo te convertirás, somos agua. El cuerpo humano está compuesto mayoritariamente por agua. De hecho, el agua es el elemento más importante para todos los seres vivos. Hay seres vivos que tienen casi el 90% de su cuerpo compuesto por agua. Los humanos estamos compuestos en un 70% de agua.
Si por cualquier razón perdemos el 10% del agua de nuestro cuerpo, nuestra vida está en peligro. Si la pérdida llega al 20%, el riesgo es directamente de muerte. La consecuencia es que la cantidad de agua que debe ingerir diariamente una persona debe ser al menos el 3% de su peso, lo que equivale de media a dos litros al día.
Con estos datos que proporciona la Organización Mundial de la Salud (OMS) es fácil darse cuenta de cómo el agua influye en nuestra vida y hasta qué punto es imprescindible, recalca la ONG Oxfam Intermon:
- En el año 2015, el 71% de la población mundial utilizaba un suministro de agua potable gestionado de forma segura, es decir, ubicado en el lugar de uso, disponible cuando se necesita y no contaminado.
- 844 millones de personas no tienen un servicio básico de suministro de agua potable.
- El agua contaminada puede transmitir diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomielitis.
- Más de 502.000 muertes al año por diarrea se producen por la contaminación del agua potable.
- Se espera que en el año 2025 más de la mitad de la población del mundo viva en zonas de escasez de agua.
Un futuro con escasez de agua
La importancia del agua es tan esencial en los seres vivos, en su agricultura, economía y demografía, que las Naciones Unidas tienen un día dedicado al agua. En efecto, El Día Mundial del Agua se propuso en la conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el desarrollo efectuada en Río de Janeiro, Brasil del 3 al 14 de junio de 1992.
Después de ella, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1992 la resolución que declaró el 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua.
Además de ser fundamental para el ser humano en su salud y crecimiento, el agua tiene una dimensión económica indiscutible puesto que es necesaria para la vida y está presente en todos los procesos de producción y consumo.
Respecto a la agricultura, los cultivos necesarios para nuestra dieta media conllevan el consumo de más de 5 m3/día y habitante: un 60% por los cultivos de secano, y un 40% por los regadíos. En España, se riegan 3,7 millones de hectáreas, un 18% de la superficie cultivada. Utilizan 23.000 hm 3/año, un 77% del total de los usos consuntivos del agua, generando una presión excesiva sobre los recursos hídricos. El uso consuntivo es aquel en el que el agua, una vez usada, no se devuelve al medio donde se ha captado, ni de la misma manera que se ha extraído.
Por último, el futuro se avecina complicado. Para mediados del siglo XXI se proyecta que alrededor de 2.000 millones de personas que residen en Oriente Medio y el norte de África vivirán en zonas con escasez absoluta de agua. Y alrededor de 5.000 millones de personas (de una población estimada en 9.700 millones), vivirían en regiones geográficas con escasez física o económica de agua.