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Los años bisiestos son conocidos por dos cuestiones relevantes. Para empezar tienen un día más. Y, para seguir, en estos años bisiestos tiene lugar la celebración de los Juegos Olímpicos. 

A partir del año 300 antes de Cristo por tradición se estableció que los Juegos Olímpicos se celebrarían cada cuatro años. Olimpia se fijó como un lugar sagrado y no importaron las guerras; todo por los Juegos Olímpicos. Posteriormente, en 1894, cuando se retomaron e inauguraron los primeros Juegos de la era moderna, celebrados en Atenas, se decidió por unanimidad mantener este periodo de cuatro años.

El año bisiesto nace por la confrontación existente entre el llamado Año Gregoriano y el Año Solar. Así, el año bisiesto hace referencia a un año que aparece cada cuatro, que se caracteriza por presentar un día extra en el calendario, y que sirve para corregir el desfase existente con la duración de un Año Solar. 

Un año que ya existía con egipcios y romanos

El tiempo que tarda el planeta Tierra en dar una vuelta alrededor del Sol es algo más de lo que se piensa: exactamente 365 días 5 horas 48 minutos 45,10 segundos. Como el calendario usado en occidente desde el año 1582, el Gregoriano, dispone únicamente de 365 días exactos, requiere que cada cuatro años haya que corregir esa acumulación no cuantificada de tiempo: un cuarto de día cada año.

Es decir, que estas cinco horas y pico se redondean a seis, se acumulan y cada cuatro años se suman al calendario, de modo que forman un nuevo día (24 horas).

Los egipcios ya tenían un año bisiesto de cada cuatro. Con la llegada de Julio César a Egipto, los romanos adoptaron la idea del año bisiesto y crearon un nuevo calendario que se llamó Calendario Juliano. Esta nueva fórmula tampoco era perfecta, y conllevaba que hubiera que quitar un día del calendario cada 128 años.

Fue el papa Gregorio XIII quién afinó el Calendario Juliano. En el actual Calendario Gregoriano, cada cuatro años tenemos un día más, a excepción de los años múltiplos de 100. Pero, para acabar de cuadrar las cifras, sí que tienen un día más los años múltiples de 400. Por lo tanto, el año 1900 (múltiplo de 100) no tuvo un día más, pero el año 2000 (múltiplo de 400) y el 2020, sí.

Normalmente se cree que el día añadido al calendario es el 29 de febrero, pero eso no es exactamente cierto. Primero, el día que se añadió fue el 24 de febrero. Por eso el año se llama bisiesto, porque añade el “bix sextus dies ante calendas martii” (“repetición del sexto día antes del primero de marzo”). Fue con la reforma gregoriana con la que se cambió el día añadido, que pasó a ser el último día del mes (el 29 de febrero).

 

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