Si quieres ir rápido ve sólo, si quieres llegar lejos, ve acompañado. España y su negocio internacional, tienen un futuro más que prometedor, que nadie lo dude, con incertidumbres, sí, pero un futuro prometedor. Nuestras Pymes, las grandes olvidadas, han tomado conciencia en estos últimos años de que la internacionalización, y todo lo que ello implica, es un proceso irreversible. No se trata de una moda; tampoco se trata de una opción. Es toda una necesidad que debe de estar en el ADN de nuestro tejido empresarial. Parte de ese futuro prometedor, depende de ello. Pero los retos a los que debemos hacer frente no son baladís. Competitividad; productividad; cooperación; marca; posicionamiento; innovación; profesionalización; tamaño…mucho tamaño.
No se trata ni de imponer, ni de imperar políticas franciscanas de contención del gasto frente a políticas más que necesarias de reactivación del crecimiento. No se trata de posicionamientos variopintos. Tampoco se trata de connotaciones políticas y mucho menos de alardes ideológicos. Tagore nos recordaba la importancia del silencio cuando este es mucho más relevante que lo que uno tiene que decir. Pero en este ámbito del negocio internacional, ni debemos de callar, ni debemos de olvidar que gracias a esa internacionalización nuestras empresas, nuestras Pymes, están viendo un atisbo de esperanza en un mundo que va demasiado acelerado, que es quizás demasiado globalizado, y donde las grandes incertidumbres que asolan los mercados, hace que sea un ejercicio de responsabilidad asumir los importante retos a los que nos enfrentamos. Es más, mas allá de contenidos y razonamientos con los que se puede o no, estar de acuerdo, lo importante, lo verdaderamente importante es capitalizar la idea de que en estos tiempos que corren, es más importante el «hacer» que el «pensar o decir», sobre todo cuando esto último no suma, sino que resta.
¿Que podemos hacer en este entorno? Complicado pero posible, y basado en la premisa de que lo que es verdaderamente relevante es ir paso a paso y sin equivocarnos, debemos de seguir la línea marcada y donde hoy en día, ninguna empresa preparada para dar el paso exterior, dude de la necesidad de realizar este planteamiento estratégico. Ya no tenemos ni esa opción, ni esa licencia. No tenemos tiempo que perder. No sabemos como estaremos dentro de un año, pero si sabemos lo que deberemos de hacer mañana,
- Sigamos potenciando nuestra imagen de marca. como país; como empresa; como Pyme. Vendamos, no despachemos.
- Sigamos fomentando la reactivación de los ingresos basados en criterios tan elementales como la rentabilidad y donde los mercados globales son nuestro campo a sembrar.
- Sigamos diversificando mercados; diversificando productos y servicios sin basar jamás la estrategia en el precio. Huyamos de la claudicación a las políticas low cost.
- Agudicemos el ingenio y la creatividad. Pensemos en grande. Sin complejos.
- Gestionemos, gestionemos y sigamos gestionando. Quien aguante, gana, no lo olviden, y para ello la máxima está en asumir que el mundo globalizado nunca estará en una crisis global.
Lo milagros no existen, cierto, pero recuerden lo que ya dijo el sabio, “no hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige”. El de nuestras empresas, el de nuestras Pymes, pasa, en mucho de los casos, por la internacionalización. Los números casi nunca engañan. Por ello, desde el Grupo Cooperativo Cajamar lanzamos Plataforma Internacional. Una herramienta global, on line, especialista y de servicio, puesta a disposición de todos nuestros clientes que nace para ejemplarizar nuestra máxima de que si quieres llegar lejos, debes de ir siempre bien acompañado. Ese es nuestro compromiso. Ser un socio de referencia global y de largo alcance. Hablemos de internacionalización. Sabemos de lo que hablamos. Ayer, hoy y siempre.