Las tecnologías y su desarrollo inciden directamente en la consolidación de las energías renovables. De esta forma, la repercusión de las tecnologías es fundamental en la eficiencia energética mundial. Hay que tener en cuenta que el uso eficiente de la energía es el objetivo de reducir la cantidad de energía requerida para proporcionar productos y servicios. Y es la tecnología la herramienta que permite lograr la eficiencia energética.
De esta forma, la eficiencia energética logra que el consumo de cualquier tipo de energía se reduzca. La consecuencia es que los probables impactos ambientales asociados también tiendan a disminuir. La aplicación de la eficiencia busca, por supuesto, lograr un resultado igual de la actividad al tiempo que suma una gestión sostenible, modelos responsables y las inversiones en innovación tecnológica.
Naciones Unidas reconoce que pese al incremento progresivo en el uso de la energía, por primera vez en cuatro décadas, ya en 2014 las emisiones de carbono mundiales relacionadas con el consumo energético se mantuvieron estables, en paralelo al crecimiento de la economía mundial.
Estos datos permiten extraer importantes consecuencias. Naciones Unidas certifica que esta estabilización se ha atribuido parcialmente a un aumento de la penetración de la energía renovable y a las mejoras en materia de eficiencia energética, aspectos ambos que se han intensificado drásticamente en los últimos años.
Expansión por todo el planeta
Como se describe en el Informe Renewables 2022 Global Status Report de la Red de Políticas de Energía Renovable para el siglo XXI, los objetivos de energía renovable y las políticas de apoyo se han generalizado en todo el mundo. De esta forma, actualmente, el número de países que han implantado alguno de estos dos instrumentos asciende a 164 y 145, respectivamente.
Otro dato que nos permite comprender la repercusión de las tecnologías en la eficiencia energética mundial es el de la intensidad energética mundial, que disminuyó a una tasa promedio anual compuesta de aproximadamente un 1,25% entre 1990 y 2013.
Asimismo, la mayoría de las regiones del mundo lograron mejoras en la intensidad energética agregada durante este período. Y los objetivos de eficiencia energética están implantados, a día de hoy, en todos los niveles gubernamentales.
Es importante destacar que han surgido tres principales enfoques normativos que vinculan la eficiencia energética y las energías renovables.
- Fomento de las energías renovables y la eficiencia energética de forma paralela. Por ejemplo, estableciendo objetivos paralelos en relación con ambos elementos.
- Integración de las energías renovables y la eficiencia energética. Por ejemplo, estableciendo normas relativas a las fuentes de energía renovable y la eficiencia energética.
- Exigencia de implantación conjunta de las energías renovables y la eficiencia energética. Por ejemplo, introduciendo mejoras de la eficiencia energética junto con el desarrollo de energías renovables.
Con todo, Naciones Unidas afirma que, pese a los progresos logrados en el último decenio en la transición mundial a la energía limpia, aún es preciso realizar esfuerzos decididos y constantes. En suma, se debe acelerar, tanto en el ámbito técnico como en el ámbito normativo, la vinculación potencial entre las energías renovables y la eficiencia energética.