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Ya tenemos las Navidades encima. Es cierto que es una época entrañable y familiar, pero también de compras y más compras, y para ello hay que prepararse. En realidad, no paramos de comprar durante todo el año. Gestionar la economía familiar, es una tarea importante y que me tomo muy enserio. Hace tiempo reflexioné sobre ello y me hice esta pregunta:

 ¿Por qué tener una tarjeta de débito, cuándo puedes tener tres tarjetas en tu bolsillo?

Podéis pensar que es una locura, pero no lo es, ¿cuántos pares de zapatos tenéis en casa? ¿cuántas corbatas guardáis en el armario? ¿os la ponéis todas a la vez?

Hay una ocasión para cada prenda, como hay una ocasión para cada tarjeta.

Tarjeta de crédito pago al contado: son los vaqueros de tu guardarropa, los usas a diario, te pegan con todo, te sientan fenomenal. Es mi forma de pago favorita, mi pago móvil lo tengo asociado a esta tarjeta. Las razones que me llevaron a elegirla fueron:

  • Me proporciona la flexibilidad que mi economía necesita. Ajusto mi límite de gasto desde el móvil y consulto en todo momento el saldo disponible de mi crédito.
  • Se acabaron los apuntes kilométricos en la cuenta, de todas las compras pagadas en el mes. Los apuntes de la tarjeta los consulto en la Banca Electrónica / Tarjetas / Movimientos.
  • Todas las compras o disposiciones de efectivo no se cobran de forma inmediata en mi cuenta, todo el gasto realizado entre el 26 del mes actual y el 25 del mes siguiente se pagará sin intereses el día 1 de cada mes.
  • Si algún mes me viene el recibo más elevado o he tenido un imprevisto, puedo aplazarlo y pagarlo en cómodas cuotas. (De forma fácil y sencilla)
  • También tengo la posibilidad de aplazar una compra puntual, en el comercio, en la banca electrónica o desde la oficina. Aquí puedes consultar la cuota a pagar.

Tarjeta de débito:  es el fondo de armario, el comodín de tu vestuario. Siempre en el monedero para retirada de efectivo en cajero o pagar el desayuno cada mañana.

Tarjeta de crédito Cajamar Consumo (Revolving): es el traje más de vestir, ese que guardas para ocasiones especiales (puede haber gente que le guste vestir así todos los días, y está bien siempre que la cuide). Complementa perfectamente a las dos tarjetas anteriores, cubriendo al 100% las necesidades de liquidez de mi familia. Las razones por las que esta tarjeta es útil y no quise renunciar a ella:

  • Puedes elegir la cuota mensual que mejor se adapte a tu economía.
  • Tienes opción de solicitar el aplazamiento de la cuota, sin gastos ni recargos, hasta en dos ocasiones no consecutivas al año.
  • Accedes a un préstamo personal con cargo al disponible de la tarjeta, en condiciones más ventajosas.
  • Sin comisión de emisión, mantenimiento ni ingreso de efectivo en el crédito de la tarjeta.

Además, me informé bien de la seguridad de este medio de pago y leer esto me ayudó a comprender, que cosas pueden pasar siempre, pero el Grupo Cooperativo Cajamar pone medidas para que no ocurran, y muchas de ellas están en nuestras manos.

No lo he dicho antes, pero el efectivo lo descarté hace tiempo, antes incluso de la pandemia. Sacas dinero y no sabes en qué te lo gastas. No puedes analizar cuáles han sido tus gastos en ropa, comida, medicinas… Otro día os hablaré del análisis de la gestión familiar, es casi tan importante como la propia gestión.

Sonia Alarcón Rabadán

Gerente Dinamización Particulares en Grupo Cajamar