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La nueva era digital es mucho más, que las propias herramientas, aplicaciones, metodologías e infraestructuras tecnológicas innovadoras, es también una manera de actuar y relacionarse. Y es así, porque si bien, son indispensables para la gran transformación que el mundo está experimentando, lo verdaderamente relevante es el uso que las personas hagan de éstas, de sus comportamientos y reacciones, de sus miedos y sus “atrevimientos”. Por ello, está siendo necesario un cambio de visión de las cosas y de la mentalidad de las personas para impulsar este cambio o adaptación a la nueva era. Así lo reconoce Charlie Gere, en su libro “Digital Culture”, al afirmar que “la cultura digital no solo son los efectos y posibilidades de una tecnología en concreto, sino que engloba las maneras de pensar y de hacer que se plasman en este tipo de tecnología”,

Por consiguiente, sí la pretensión es proponer, incentivar o potenciar las nuevas posibilidades que la era digital nos regala en la actualidad y que tenemos a nuestro alcance en los instrumentos más cotidianos, tenemos que pensar en una nueva educación, en un nuevo enfoque, en unas nuevas costumbres…Sin más, en “la nueva cultura digital”.

Es un hecho consensuado, que la denominada “cultura digital” surgió para satisfacer la necesidad de entender, explicar y asumir una serie de fenómenos tecnológicos digitales que están cambiando las tendencias del comportamiento social del ser humano. Estos cambios culturales son acelerados: las formas de relacionarse entre los individuos, las formas de dejar huella con su marca personal en redes sociales, la forma de afrontar retos y, por supuesto, la forma de hacer negocio. Todo ahora va a una velocidad diferente; todo ahora, es el instante, en el momento, en cualquier lugar y sin esperar por nada ni por nadie. La accesibilidad a dispositivos tan comunes como un móvil, un ordenador portátil o una Tablet, hacen posible y real, la capacidad de sentir, de emocionarte y de tener experiencias únicas sin moverte de tu espacio elegido. Hoy, sin dificultad, es posible entrar al escaparate de cualquier tienda y adquirir lo que desees; acudir al catálogo de servicios de cualquier banco, a través de su app y realizar cuantas gestiones requieras; hacer visitas virtuales a tus seres queridos; dar instrucciones a tu equipo; contratar a un empleado; aprender, enseñar o escribir un mensaje y tener una respuesta inmediata que cambie tu día, y hasta, tu vida. No importa en qué lugar del mundo nos encontremos, ya que hay uno en común, el que te hace ciudadano Universal, sin barreras sociales, ni económicas. Un mundo llamado “Internet”.

Por ello, es necesario enmarcar la nueva Filosofía destacando más el sentido y el motivo de la comunicación que “el cómo construimos el mensaje”. Es indispensable desarrollar nuevas destrezas, habilidades y conocimientos digitales, nuevas formas de lectura no sólo de textos, sino de imágenes, signos e iconos y potencializar sus actividades y aspiraciones mediante un uso adecuado de las mismas.

Las organizaciones deben impulsar un cambio en el modelo de negocio. La transformación de los puestos de trabajo, exigiendo una gran velocidad de respuesta y capacidad de adaptación en un mundo ubicuo, es una necesidad perentoria. Por ello, se debe requerir que los empleados desarrollen nuevas habilidades digitales apoyadas en el aprendizaje continuo.

Ese debe ser el objetivo y la meta para los que, sin complejos, defendemos y apostamos por el nuevo mundo que se nos abre en lo personal y profesional. Como Shimon Peres, poeta, escritor y político israelí entre sus frases más célebres dijo “en la era digital, lo más prudente es atreverse”.

Sandra Burgos Macías

Responsable de Staff Divulgación y Cultura Digital