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To make es un verbo que en la lengua de Shakespeare significa hacer. El fenómeno maker, por tanto, se refiere a la tendencia, a la moda de hacer las cosas por nosotros mismos. Antes de nada, es importante explicar las diferencias que hay con el bricolaje, que son, someramente, por el periodo de tiempo en el que ven la luz y la función que realiza.

Bricolaje Vs Fenómeno maker

El bricolaje es la actividad manual que realiza una persona como aficionada, sin recurrir a los servicios de un profesional, para la creación, mejora, mantenimiento o reparación en especialidades como albañilería, carpintería, electricidad, fontanería, etc.

Este movimiento surgió en Inglaterra en los años 50 y se extendió rápidamente por todo el continente europeo. El bricolaje es una actividad creativa que reutiliza lo preexistente por medio del empleo de los más variados recursos. Para muchas personas es una actividad fácil, entretenida, apasionante y beneficiosa para la salud.

Por su parte, se puede definir el fenómeno maker con el concepto «hazlo tú mismo«, abreviado como HTM o DIY (de sus siglas en inglés Do It Yourself). Se trata de la práctica de la fabricación o reparación de cosas por uno mismo, de modo que ahorra dinero, se entretiene y se aprende al mismo tiempo

Una de las principales diferencias consiste en que el fenómeno maker está asociado a las tecnologías digitales. Por lo que está íntimamente ligado con las impresoras 3D, por ejemplo.

El potencial del DIY

Reconvertir una bandeja en una mesa de café, dar una segunda vida a una estantería pasada de moda, confeccionar ropa con nuestras propias manos o empapelar una pared para estrenar dormitorio.

Pequeños y grandes proyectos que implican una pequeña dosis de conocimientos y una gran dosis de ilusión. Inspirados en revistas, libros, tutoriales, blogs, artículos de decoración… Y de ahí a pensar, crear, construir nuestros propios muebles, ropa o complementos.

Hacerlos nosotros mismos, sentirnos orgullosos de ello… y compartirlo. Que para eso vivimos con el móvil en la mano y hemos hecho de Instagram y Pinterest nuestra segunda casa.

Una tendencia sin parangón

El hogar es uno de los espacios en los que experimentar, materializar nuestras ideas más arriesgadas y sentirnos un auténtico manitas. Pintura que revive paredes tristes, lija y pinceles para dar una nueva vida a un mueble antiguo, telas que reviven aburridos sofás, papeles para convertir aburridas estanterías en piezas únicas. Arreglos en base a productos de plástico impresos en 3D.

Cada vez son más los que deciden que un presupuesto ajustado no limitará su capacidad de mejorar su hogar. Al tiempo que investigan nuevas maneras de hacer cosas.

Este entusiasmo se contagia, y un 65% que señala su intención de convertirse al fenómeno maker, según se desprende del estudio Los Españoles y su Hogar 2016 (PDF), que elabora Leroy Merlín. Los datos son incontestables: un 38,2% de los españoles hace bricolaje por hobby y un 66,1%, para controlar el gasto. Son pocos los que se resisten al fenómeno y se plantean dar un cambio a su hogar con sus propias manos.

Pero donde empieza a surgir una revolución a tener en cuenta es cuando se mezcla el espíritu del bricolaje con la tecnología. Como refleja el diario El País en su artículo «La nueva tendencia tecnológica se llama movimiento maker», donde explica el valor de un movimiento que la misma Google cree que es de impacto mundial.

Un movimiento que “consiste en crear objetos de forma artesanal pero utilizando la tecnología o técnicas tecnológicas como la impresión 3D, la robótica, el corte con láser o la fresadora”. El futuro de la manufactura casera.

Admin Cajamar