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Hablar en público es una técnica, que requiere de entrenamiento y aprendizaje, que es necesaria para exponer nuestros argumentos, tanto en el mundo laboral como en el universitario.

El problema que tiene, más allá del aprendizaje y su dificultad o de las cualidades que tengamos al respecto, es que la mayoría de las personas se ponen realmente nerviosas llegado el momento de tener que hablar en público.

La cuestión es que hablar en público es una técnica que se aprende. Y todo empieza en la Grecia clásica. Se llama oratoria al arte de hablar con elocuencia. Además, es también un género literario formado por el discurso, la arenga, la disertación, el sermón, el panegírico, entre otras varias.

El propósito es convencer al contrario

lio, se aplica a todos los procesos literarios que están planteados o expresados con la misma finalidad y con propósito persuasivo: El objetivo de persuadir al destinatario es la que diferencia la oratoria de otros procesos comunicativos orales.

Del mismo modo que la finalidad de la didáctica es enseñar y la de la poética deleitar, lo que pretende la oratoria es convencer de algo.

La persuasión consiste en que, con las razones que uno expresa, oralmente se induce, mueve u obliga a otro a creer o hacer una cosa. Ahora bien, no es su única finalidad.

El propósito de la oratoria pública puede ir desde transmitir información a motivar a la gente para que actúe. O, simplemente, relatar una historia. Los buenos oradores deberían ser capaces de cambiar las emociones de sus oyentes y no sólo informarlos. La oratoria puede ser una poderosa herramienta que se usa para propósitos tales como la motivación, influencia, persuasión, información, traducción o simple entretenimiento.

5 consejos para hablar en público

Una vez conocidas las diferentes técnicas y sus objetivos, es importante organizar cualquier presentación de un tema, sea en el trabajo sea para defender los trabajos de fin de grado (TFG) en la Universidad, cuando tenga que ser de cara al público. 

Estas son una serie de recomendaciones que te pueden servir:

1.- Organizar la presentación

Una semana antes de la presentación hay que seleccionar con cuidado la información que se quiere presentar, incluyendo los soportes audiovisuales de los que se vaya a hacer uso.

Cuanto mayor sea la organización, menos son las posibilidades de ponerse nervioso. Realizar un esquema en forma de tarjetas con la información que se quiere exponer ayuda a guardar el orden durante la exposición y a tener seguridad en uno mismo.

2.- Practicar la presentación en voz alta

Preparar el discurso en un ambiente agradable y que resulte familiar ayudará a ser consciente del dominio que se tiene sobre el tema que se va a exponer.

Además, se favorece la relajación nerviosa y se aumenta el nivel de confianza. Recitar en alto ayuda, además, a encontrar la entonación adecuada y a proyectar la voz para que todo el mundo en la sala pueda oír la presentación.

3.- Respira profundo antes de entrar

Es un error repasar la exposición minutos antes de entrar ya que ésto puede ayudar a que las ideas se desordenen. Lo recomendable es pasear y respirar profundamente visualizando el éxito de la presentación. Además, esto favorecerá la eliminación de la tensión muscular y aumentará la circulación sanguínea.

4.- Pensar en el material, no en el público

A menudo, cuando se está exponiendo, preocupan más las caras que pone el público que no si se está desarrollando a la perfección la ponencia. Es fundamental centrarse únicamente en la información que se quiere dar, pues no hay que olvidar que, seguramente, seas una de las personas con más conocimientos sobre el tema.

5.- Hablar despacio

Durante la exposición es recomendable hablar con tranquilidad, sin hacer gestos exagerados y guardando silencios. La clave de una buena presentación es la naturalidad y la conexión con el público presente. Esto ayudará a estar más cómodo en el escenario y a salir victorioso de la presentación.

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