En los últimos años estamos viendo como el avance y desarrollo de nuevas tecnologías de la información y de la comunicación está influyendo en los modelos de negocio de cualquier empresa que ha tenido que cambiar e innovar en sus procesos comerciales, en su visión estratégica, en su relación con el cliente,… para mantenerse competitivo en el entorno en que se desarrolla.
Tecnologías que avanzan continuamente y que han dado paso al surgimiento de herramientas digitales que facilitan la transmisión de información, la comunicación, la colaboración, la gestión de talento. Y es dentro de este escenario donde observamos que son muchas las empresas que han comenzado a incorporar una Red Social Corporativa como herramienta habitual en su día a día.
Una Red Social Corporativa es un espacio de trabajo que evoluciona desde plataformas en las que la información fluye en un único sentido dando paso a comunidades corporativas en las que es posible compartir la información. Y donde los empleados, al estar más conectados, gestionan el conocimiento de una manera más fluida, reforzándolo y compartiéndolo favoreciendo de esta manera la inteligencia colectiva.
Es una intranet donde la información se maneja en tiempo real y los empleados la comparten de manera dinámica adaptando el modelo de comunicación interno a las nuevas realidades y retos del negocio actual.
Gestión del talento basada en la colaboración
Una red social corporativa implica una transformación cultural de la empresa, dada su repercusión en la gestión de personas, en los procesos y en la ejecución de los mismos. Transformación que, alineada con los objetivos personales, operacionales, de mercado y de negocio, pone de manifiesto el verdadero valor de una RSC, entre los que destacar o mencionar:
- Organización del trabajo y gestión de proyectos, permitiendo mejorar la puesta en marcha de nuevas ideas y la optimización de los procesos (Colaboración).
- Creación de comunidades en torno a un tema, proyecto, departamento o interés común (Comunidades).
- Detectar especialistas y expertos internos (Mapa de Talento).
Como afirman Scheweer, Cross, Assimakopoulos y Thomas (2012) en la Harvard Deusto Business Review, la gestión de talento centrada en la colaboración podría obtener más valor y efectividad que la que se obtiene a través del análisis del rendimiento basado en la responsabilidad individual.
Con las redes sociales internas (RSC) disponemos de un lugar donde compartir talento, donde es posible fomentar la formación y el aprendizaje de manera colaborativa dando un paso más allá a través del desarrollo de habilidades como fuentes de enriquecimiento personal y profesional y permitiendo prácticas de talento mas efectivas al favorecer las interrelaciones entre los empleados.
Interrelaciones que dentro de una RSC se pueden organizar en torno a varios tipos de comunidades:
1.- Comunidad de aprendizaje
Las comunidades de aprendizaje son entornos en los que los profesionales aprenden gracias a su participación e implicación, en colaboración con otros profesionales, con el formador o docente y con otros adultos, en procesos genuinos de investigación y construcción colectiva del conocimiento sobre cuestiones personal y socialmente relevantes (Onrubia, 2003).
Las comunidades de aprendizaje posibilitan la puesta en común del conocimiento tácito entre los empleados de una empresa, conocimiento adquirido de su experiencia, su aprendizaje y práctica a lo largo de su recorrido/ trayectoria profesional.
En estas comunidades los empleados potencian y ponen de manifiesto habilidades tales como la mejora continua, automotivación, desarrollo de personas, vocación de formadores.
2.- Comunidad de práctica
Una comunidad de práctica es un grupo de personas que desempeña la misma actividad o responsabilidad profesional y que, preocupado por un problema común o movido por un interés común, profundiza en su conocimiento y “pericia” en este asunto a través de una interacción continuada (Sanz, 2012).
En este tipo de comunidades sus integrantes interactúan a través del intercambio de información con el fin de realizar un trabajo, solicitando y compartiendo el conocimiento con los demás y favoreciendo la cooperación transversal, la innovación, la creatividad y la mejora continua.
Habilidades como la inteligencia emocional, gestión eficaz del tiempo, escucha activa, pensamiento innovador y adaptable, liderazgo, trabajo en equipo etc…se muestran en este tipo de comunidades.
3.- Comunidad de interés
Una comunidad de interés es un grupo de personas que comparten un interés común o una pasión. Es un lugar donde se intercambian ideas y pensamiento, experiencias, información y novedades. Dentro de la empresa podemos encontrar comunidades organizadas en torno a actividades lúdicas, actividades solidarias, …
En estas comunidades, los empleados muestran orientación al cliente interno y/o externo, actúan como agentes del cambio, etc.
Con una Red Social corporativa se consigue hacer equipo, fomentando el emprendimiento del talento interno y actitudes proactivas para exponer y compartir ideas (a través de comunidades, foros, proyectos), permitiendo de igual modo, mejorar procedimientos globales en la empresa.