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Cuando hablamos de jubilación se nos viene a la cabeza una serie de planificaciones de ahorro a largo plazo como uno de sus pilares fundamentales. Y, entre las diferentes posibilidades para ello, tenemos los planes de pensiones individuales que están ganando aceptación, entre nuestros clientes, como una opción segura y rentable a largo plazo.

¿Por qué?, porque son fáciles de instrumentar, porque se adaptan a tus posibilidades de ahorro y porque sus aportaciones cuentan con importantes ventajas fiscales.

¿Qué es un plan de pensiones individual (PPI)?

Un plan de pensiones individual es un producto financiero ideado para ayudar a los individuos a ahorrar dinero de cara a su jubilación. Los distintos ahorradores/inversores van haciendo sus aportaciones regulares, y ese dinero se deposita en una cuenta especial que luego se invierte en una serie de activos como acciones, bonos, fondos de inversión, etc. con la finalidad de obtener rendimientos de sus ahorros.

Con la finalidad de flexibilizar, y adaptarse a la situación económica de la mayor cantidad de ahorradores posibles, estas aportaciones pueden modificarse en cuanto a cantidad y frecuencia.

Con el fin de garantizar la ideología del ahorro a largo plazo, estos productos tienen, como característica principal, su iliquidez, ya que no permiten el rescate de los derechos consolidados hasta la jubilación, o en ciertos supuestos muy restrictivos (paro de larga duración, enfermedad grave, o a partir de los 10 años desde la primera aportación (éste último entrará en vigor en el 2025)).

En el actual contexto laboral y demográfico, donde vemos cómo va aumentando progresivamente la edad de jubilación, se hace indispensable contar con una buena planificación de base, para asegurarnos una fuente constante de ingresos adicional a la pensión.

En los últimos años se han venido reduciendo los importes máximos legales a aportar a los planes de pensiones, siendo sus importes actuales de 1.500€/año, y 1.000€/año a cónyuge que tenga ingresos inferiores a 8.000€/año.

VENTAJAS:

  • Seguridad para hacer frente a la jubilación al contar con ingresos adicionales a la propia pensión.
  • Ahorro fiscal. Las aportaciones realizadas al plan reducen la base imponible del IRPF. Además, los traspasos entre planes de pensiones están exentos de tributación (incluso aunque se obtengan ganancias).
  • Rendimiento a largo plazo. Por su propia filosofía de ser, los planes de pensiones tienen una vocación a largo plazo, lo que aumenta la rentabilidad de la inversión.
  • Riesgo controlado. Dada la diversidad de tipologías de planes (RF, Mixtos, Gestión Futuro, RV), es posible adaptar el nivel de riesgo al perfil del inversor (ahorrador).
  • Protección. En caso de fallecimiento del titular, los beneficiarios designados recibirán el capital acumulado.

DESVENTAJAS:

  • Liquidez limitada. Con la finalidad de garantizar el ahorro a largo plazo, los supuestos de rescate, para hacer líquido el dinero ahorrado, son escasos.
  • Fiscalidad del rescate. A pesar del gran atractivo fiscal de las aportaciones, cuando se rescata un plan de pensiones en forma de capital, los rendimientos obtenidos tributan en la base imponible general.
  • Comisiones de los planes.

CONCLUSIONES

A pesar de las numerosas ventajas que ofrecen los planes de pensiones, también tienen ciertas limitaciones. Todo esto hace que los inversores/ahorradores deban de estar siempre bien informados y conozcan todas las opciones disponibles, y así, en su conjunto, los planes de pensiones individuales (PPI), siguen representando una alternativa atractiva que nos ofrece seguridad, rentabilidad y sostenibilidad.

Juan Luis Copete

Técnico Negocio Cajamar Mediación OBSV