El espacio físico en el que vas a pasar horas concentrado cuando trabajas desde tu casa tiene una importancia decisiva en tu productividad. Tus resultados laborales y tu comodidad dependen de que sigas cinco sencillos consejos.
1.- Las rutinas son fundamentales
Teletrabajar desde casa permite mayores libertades que el presencial en una empresa. Pero es recomendable que se afronte con los mismos hábitos que se afronta una actividad fuera del domicilio. Es decir, puede parecer muy cómodo ponerse a trabajar en pijama y con bata, pero lo ideal es que uno se arregle como si fuera a desplazarse hasta la empresa o compañías para las que trabaja.
Tal vez sobren los trajes y las corbatas, pero ducharse, vestirse y desayunar antes de afrontar la tarea generará una mayor predisposición profesional.
2.- Habilitar un espacio de trabajo
Trabajar en el dormitorio o la cocina no es buena idea. El desorden o la asociación de ideas con otras obligaciones nos pueden desconcentrar. Esta segunda clave dependerá de las dimensiones de la vivienda de cada uno, pero no parece muy productivo afrontar la tarea diaria desde la cama del dormitorio o sobre la mesa del comedor. Si se dispone de alguna habitación extra para teletrabajar será más fácil crear un espacio propio o una pequeña oficina que sea lo más cómoda y privada posible.
3.- Un horario rígido
Marcarse unos horarios y hábitos estrictos es otra cuestión básica para establecer una rutina diaria al teletrabajar. En este sentido, es recomendable poner el despertador con tiempo, ducharse y desayunar antes de empezar. Igual que si tuviéramos que salir de casa.
4.- Las relaciones sociales
Mantener el contacto con los compañeros. Aunque no los veamos a diario, hay muchas maneras de tener una relación fluida con los compañeros: quedar para comer, hablar por las redes sociales, trabajar presencialmente algunos días, etc. Hacer pequeñas pausas para comer o estirar los músculos también es una práctica recomendable.
5.- Estar en forma
No llevar una vida sedentaria. Si trabajamos desde casa y además salimos poco a la calle, estamos expuestos a problemas de salud. Así pues, antes o después de trabajar, márcate como objetivo hacer ejercicio. No somos conscientes de hasta qué punto nuestra mente depende de los pasos que damos para ir a la oficina. Es esencial que compensemos ese esfuerzo y hagamos aunque sea una pequeña rutina de 15 minutos diariamente.