El GPS es una tecnología más que ha venido a nuestras vidas para quedarse. Atrás quedan los mapas de circulación y las archifamosas Guías Repsol, con todo tipo de mapas y recomendaciones. Todo este papel ha mutado en conexión digital y nos ayuda de tal forma que si se utiliza de forma correcta nos lleva a nuestro destino sin demora, por el mejor camino y que permite ahorrar tiempo y dinero.
GPS significa Sistema de Posicionamiento Global. Y, de forma resumida, determina la ubicación de un dispositivo conectado a Internet utilizando una red de satélites que orbitan alrededor de la Tierra. Estos emiten constantemente una señal con su posición y la hora que registran sus relojes de altísima precisión.
Un GPS, además de llevarnos a nuestro destino, nos permite evitar los atascos, sea por razones de la meteorología, obras o accidentes de tráfico. Es una de las funciones que ofrecen más valor añadido al usuario.
Y es que las aplicaciones conectadas permiten conocer en tiempo real cuál es la densidad del tráfico en un momento dado. Esto facilita a los algoritmos hacer cálculos inmediatos (hasta el punto de modificar la ruta, una vez estamos conduciendo), y de esta manera asegurarse de llegar a destino en el menor plazo de tiempo posible.
También nos evita multas por exceso de velocidad. La cartografía con la que trabajan las distintas apps de navegación GPS, cuenta con los límites de velocidad por cada ruta en la que se circula, con lo que el usuario solo tiene que activar dichos avisos. En Waze y Google Maps (Android), basta con pulsar sobre Mi Waze/Ajustes/Velocímetro, y activar la alerta; Apple Maps no alerta del exceso de velocidad, pero muestra el límite en la pantalla.
Ofrece información extra durante el viaje y en el punto de destino. Es decir, desde lugares para parar descansar y disfrutar de un buen tentempié, hasta las gasolineras. Y, por supuesto, en el lugar de destino, el estado del tráfico, los aparcamientos más cercanos a nuestro lugar de alojamiento y la entrada más directa al destino.
Colocación correcta del GPS
Para poder sacar el máximo provecho de nuestro dispositivo GPS hay que colocarlo dentro de nuestro automóvil de forma correcta.
Así, para empezar, debe estar situado estratégicamente para no reducir la visibilidad del conductor. También tiene que estar fijo para evitar que se caiga provocando distracciones. Además, se debe instalar donde no pueda taponar la salida del airbag en caso de accidente.
Una vez arrancado el coche, el GPS no puede tocarse, así que hay que programar la ruta antes de salir de viaje. En caso contrario, seremos candidatos a una multa de 200 euros y a la retirada de tres puntos en el carné. Por tanto, conviene bloquear el uso del GPS.