Es el mundo de las máquinas. La lucha entre la distopía y la utopía donde, en su mejor versión, la robótica, la automatización, las impresoras 3D y todos los artilugios son creados para mejorar la rutina diaria y ofrecer más y mejores oportunidades. Estas posibilidades inciden de forma directa en el mercado laboral y en su desarrollo futuro, donde los técnicos y los expertos, los gurús de la panacea de cables y chips, apuestan por una aplicación sensata y por etapas de la robótica en el mercado laboral para eliminar tensiones y favorecer la aparición de nuevas profesiones.
En efecto, los avances tecnológicos en robots y los procesos automatizados lograrán producir saltos cualitativos que se traducirán en cambios significativos en el panorama laboral en una sociedad completamente globalizada.
El tiempo de aplicación de toda esta oleada de cambios se marca, según los expertos en estas disciplinas de conocimiento, en las dos próximas décadas. Es decir, un periodo que media entre el año 2015 y el 2035 y que afectará de lleno a la generación que ahora está estudiando la ESO en nuestro país y que quiera pasar por la Universidad para acceder posteriormente al mercado laboral. Una generación que ya habrá asumido las consecuencias de este proceso de automatización.
Desaparecerá el 35% de las funciones existentes en la actualidad
Una mirada hacia el futuro que abarque estas dos décadas mencionadas permiten constatar la utopía y la distopía. Las consecuencias positivas y las negativas. Hay numerosos artículos periodísticos recientes que citan un informe de Hays en el que queda claro que “desde el punto de vista negativo, producirán una pérdida de empleos para los seres humanos. Se establece que el 35% de las funciones existentes en la actualidad desaparecerán. Pero por otro lado, estas tecnologías ofrecerán grandes oportunidades en empleos vinculados al propio sector tecnológico, donde se demandarán profesionales”.
El trabajo de Hays, Recruiting Experts Worldwide profundiza y analiza las repercusiones en el sector financiero, donde preconiza que uno de los mayores cambios se verá en este sector. Pone ejemplos y argumenta que “los modelos de digitalización y autoservicio en la banca mejorarán la eficiencia de costes y el rendimiento, y ofrecerán mayores márgenes para el negocio”.
La banca y el sector financiero están reflejando la tendencia y cada vez invierten más en la implantación de servicios digitales y automatización.
En paralelo, la reducción de costes permitirá abordar los problemas de reglamentación, registrando las transacciones con un proceso digital, que elimina errores y mejora la eficacia y la rapidez del servicio.
La automatización mejorará la experiencia de usuario de la Banca
Según Hays, los modelos de digitalización y autoservicio en la Banca sólo mejoran la eficiencia de costes y el rendimiento.
Entre los beneficios de la automatización del sector financiero destaca sobre todo la mejora en la experiencia y satisfacción del cliente y un ahorro de costes. Así, se podrá invertir en nuevas líneas de negocio, como las transacciones sin dinero en efectivo, los pagos móviles, los servicios en tiempo real y el desarrollo de nuevos productos con el fin de ser competitivos.