Las televisiones han presidido desde la década de los años setenta los salones de todos los domicilios familiares de este país. Desde entonces, durante cuatro largas décadas, la televisión ofrecía canales. Al principio, pocos, muy pocos. Y, con el paso de los años, la oferta es prácticamente infinita.
Empezó en el caso español con la primera de Televisión Española y luego apareció el segundo canal, toda una revolución, para lo que había que enganchar al televisor un aparatito que se llamaba UHF.
Fue también a mediados de los años setenta cuando empezaron a comercializarse los televisores a color, algo que causaba sensación por un lado y distinción por el otro por el mero hecho de contara con uno de estos maravillosos aparatos llenos de tecnología asombrosa.
La guerra de las televisiones privadas
Llegó la década de los ochenta y aparecieron los canales autonómicos actuales y con la llegada de 1990, la tan esperada y deseada televisión privada. Tres fueron los canales que entraron en nuestras casas:
- Antena 3.
- Tele 5.
- Canal Plus.
Luego llegó lo que se denominó la guerra de las dos plataformas digitales, que con sendas parabólicas en los tejados de medio país, lucharon por emitir el fútbol y las mejores películas.
Sin embargo, pese a la multiplicación de la oferta televisiva como si de los peces y los panes fuera, la relación entre el consumidor y el canal de televisión era la misma. El primero recibía y el segundo emitía. Para saber qué se iba a ver, estaban las revistas y los periódicos que informaban de las parrillas de los programas, con sus horarios y contenidos.
La televisión de hoy en día
Este modelo, que todavía pervive y con fuerza, es el denominado televisión convencional que, como ocurre en otros tantos sectores, ha saltado por los aires con la llegada de Internet, donde lo esencial es que se modifica la relación entre el emisor y el receptor y ahora el segundo puede interactuar con la oferta de canales y programas a su gusto.
Es el nuevo mundo de las televisiones inteligentes, Smart TVs en su acepción anglosajona, que junto al desarrollo de las plataformas de contenidos digitales, que ofrecen no solo deporte con el fútbol como nuevo rey de la parrilla, sino también películas y, la gran novedad, series por capítulos de calidad no solo comparable, sino equiparable y, a veces, de calidad superior a las películas de la llamada gran pantalla. Es la gran batalla que se libra en estos momentos en el mundo de la televisión.
Como bien explica esta crónica de El Mundo sobre el panorama televisivo «Sky TV ha inaugurado su servicio de streaming en España, sexto país en su lista de lanzamiento tras Reino Unido, Irlanda, Alemania, Italia y Austria. Un mercado tradicionalmente señalado por sus altos índices de piratería y los bajos ratios de penetración de la televisión de pago se ha convertido en destino prioritario para las nuevas plataformas audiovisuales internacionales. En sólo dos años, Netflix, Amazon Prime Video, HBO y, desde el pasado lunes, Sky TV compiten en este mercado».
Y para todo este universo de canales, programas, partidos de fútbol, películas y capítulos de series, se ha desarrollado y entronizado la televisión inteligente. Supone la integración de internet y de las características Web 2.0 a la televisión digital, así como la convergencia tecnológica entre los ordenadores y estos televisores. Estos dispositivos se centran en los medios interactivos en línea, en la televisión por Internet y en otros servicios como el vídeo a la carta.