La eficacia de la aceptación de lo digital en las empresas depende de las personas a las que nos dirigimos y cómo su relación con la tecnología les ayuda a encontrar un motivo para usarlas.
No todos interiorizamos e incorporamos a nuestro día a día estos cambios de la misma forma hacemos cosas por nuestras propias razones no por la razón de otros, es por ello que se dice que no podemos motivar a otra persona solo podemos crear el ambiente en el cual esa persona se siente auto motivada.
¿Pero cómo conseguimos automotivarnos?
Como todo proceso lleva su tiempo, pero el mérito en conseguir este propósito es únicamente nuestro.
En un principio actuaremos con el fin de conseguir satisfacer alguna necesidad con una recompensa externa, pero al interiorizarlo finalmente convertiremos esa recompensa en interna, es decir buscaremos con nuestras actuaciones sentirnos autónomos, capaces, estar contribuyendo a una causa mayor etc., seremos dueños de nuestras acciones al obtener la recompensa de nuestros propios recursos
¿Cómo se forman los motivadores?
Los Motivadores se desarrollan a través de la experiencia, y con esto abarcamos nuestra percepción y aprendizaje a lo largo de toda la vida y con todos nuestros sentidos.
De esta manera, las personas podemos recordar cómo determinados estímulos positivos, negativos o indiferentes, dejaron una huella en nosotros respecto de cómo leemos el mundo hoy. Esto queda registrado en nuestro cerebro, impactando directamente en las decisiones que tomamos. Tan potente es esta “programación”, que muchas de nuestras decisiones las hacemos precisamente para estar de acuerdo con nuestro cerebro, para que éste se sienta feliz.
No hay mucha literatura sobre el estudio de motivadores en tiempos antiguos. Los filósofos de esa era desarrollaron las bases de la psicología moderna, que no tiene más de 200 años de antigüedad.
La mayoría de los estudios sobre motivación, como tal, son recientes y no se habla de motivadores sino hasta que Eduard Spranger, psicólogo alemán que, motivado por entender filosóficamente las pasiones del hombre y del porqué de sus acciones escribió el libro “Los Tipos de Hombre” en 1928.
Spranger fue un escritor influyente que definió a los motivadores (valores) como un compendio de gustos, disgustos, puntos de vista, deberes, inclinaciones internas, juicios racionales, prejuicios y patrones que determinan la visión del mundo de una persona, señalando que, una vez que se mezclan estos elementos, se convierten consciente o inconscientemente en un estándar de criterio para guiar las acciones de una persona.
Spranger identificó seis valores o motivadores que pueden encontrarse en un lugar de trabajo, los que están completamente vigentes hoy en día influyendo sobre la vida de una persona
Conocer bien nuestros motivadores nos ayudaría a la hora de abordar cualquier competencia que nos propongamos desarrollar en este caso concreto como hablamos de la competencia digital clasificaremos algunos perfiles según este modelo
Las personas que les mueve el conocimiento, intenta solucionar los problemas en su vida a través del pensamiento y la razón así que estarán dispuestas a aprovechar una buena formación para probar, desarrollar o implementar un nuevo sistema digital pero pudiendo encontrarse con algunas limitaciones ya que pueden tener problemas para concretar, al ser tan objetivos y buscar la verdad sobre lo que investigan pueden rechazar todo punto de vista subjetivo además de no tener límite a su búsqueda de saber y quedar inmovilizado por la cantidad de detalles basados en conocimientos no llegando a poner en práctica todo eso que aprenden
Las personas que les mueve la practicidad/utilidad buscaran, si algo de todo eso que nos trae la tecnología pueda darle un retorno y obtener un beneficio sobre el tiempo y recursos que va a invertir, pero pudiéndose encontrar con algunas limitaciones pues pueden llegar a ser “adicto al trabajo” si este le está proporcionando un retorno llegando a ser percibidos como egocéntrico ya que rechazan dar su tiempo (recursos) sin asegurarse ese retorno.
Las personas que buscan la belleza y armonía en su entorno, verán la digitalización con estos ojos y buscarán a través de las diferentes herramientas que ofrece la tecnología aquellas que embellezcan su día a día pudiéndose encontrar con algunas limitaciones ya que al evitar concienzudamente las «zonas» de conflicto que generan desequilibrios un desequilibrio puede impedirles ser productivos
Las personas más sociales y orientadas al servicio buscarán razones para adquirir esas competencias digitales por el simple hecho de ayudar a mejorar la vida de los demás pudiese encontrar con algunas limitaciones como llegar a sacrificarse y olvidarse de ellos mismos. Pueden tener dificultades en decir «no»
Las personas más orientadas a buscar una posición de poder y usar esa posición para influir en los demás, tal vez se puedan decantarán más por las redes sociales como un medio para alcanzar este objetivo pudiéndose encontrar con algunas limitaciones ya que la posición y el poder pueden volverse más importante que las personas
Y, por último, las personas más tradicionales y más críticos a los cambios verán lo digital como espectadores verán el mundo en blanco y negro, serán excesivamente rígidos. Pueden tener el sentimiento de tener siempre razón y de nunca equivocarse y mantener su posición, aunque vaya en contra de la lógica, en estos casos es una cuestión de tiempo que se atrevan a pasar de una mentalidad mas fija a otra más de crecimiento si quieren seguir siendo competitivos en el mercado laboral.