La impresión 3D es una de las tecnologías de moda. No hay periódico, televisión o revista digital en el que no se hable, día tras día, de aspectos relacionados con una tecnología que está revolucionando múltiples sectores.
Por eso, para entender el futuro de la impresión 3d es necesario analizar algunos de los avances que esta tecnología ha desplegado en los últimos años:
- En 2016 el suministro de impresoras 3D en todo el mundo superará los 5,6 millones, según Gartner.
- Se ha diseñado y planeado el primer avión impreso en 3D en la Universidad de Southampton. El avión, no tripulado, se construye en siete días con un presupuesto de 7.000 euros.
- Se ha construido una prótesis de una mano para un niño gracias a una impresora 3D. Fue en Madrid y ha provocado que el precio de la prótesis pase de 6.000 a 40 euros.
- Local Motors ha presentado un coches impreso en 3D.
- En 2012 se realizó el primer implante de prótesis de una mandíbula impresa en 3D.
- Una empresa china ha creado una impresora 3D que permite construir 10 casas en 24 horas.
- Foodini, la primera impresora 3D de comida, es un producto español.
- Se está construyendo, también en nuestro país, el primer robot que cocina en 3D, Oskook, que va un paso más allá y permite cocinar la comida según se imprime.
Sin embargo, aunque parece que la impresión 3d es algo reciente, el primer método de impresión 3D lo creó Charles Hull en 1983. Se trata de la estereolitografía, un proceso de fabricación por adición con resina y luz ultravioleta.
Qué es la impresión 3d
La impresión 3D es un grupo de tecnologías de fabricación por adición en las que un objeto tridimensional es creado mediante la superposición de capas sucesivas de material. Por eso, también se la conoce como fabricación aditiva o additive manufacturing.
Lo interesante es que la impresión 3D no necesita moldes ni utillajes de ningún tipo para ir superponiendo las capas del material que se utilice.
Para imprimir en 3D es necesario, por tanto, que haya:
- Una impresora 3d.
- Software CAD (Computer-aided design o diseño asistido por ordenador).
¿Una impresora 3d en cada casa?
Quienes ya están adoptando impresoras 3D han experimentado el ahorro de tiempo y de costes en la creación de productos. Así, a medida que aumente la velocidad de la impresora y la gama de materiales se expanda, nacerán un número cada vez mayor de productos. Y nuevos mercados se verán afectados por la impresión 3D.
Por eso, uno de los debates más interesantes que se están produciendo es el que trata de averiguar si a medio plazo habrá una impresora 3d en cada hogar.
Por un lado se encuentran los que afirman que los hogares contarán con una impresora 3d. La reducción de los costes unida a una revolución de los materiales conllevaría que fuera posible instalar una impresora 3d en cada hogar. Algo similar a lo que ocurre hoy en día con las impresoras de tinta.
Sin embargo, existe otra corriente que plantea que la revolución va a ser tan extensa y afectará a tantos sectores que será muy complicado disponer de las impresoras adecuadas para todos. O de los materiales necesarios para dichas impresiones.
En su lugar, surgirían espacios en los que se pudieran adquirir los resultados impresos sin necesidad de disponer de la maquinaria, los materiales, el diseño y el conocimiento necesario para la impresión 3d.
Hacia dónde se dirige la impresión 3d
La impresión 3d es el eje de la cuarta revolución industrial. Por eso, las principales previsiones apuntan a que la tendencia es que el mercado de la impresión 3D se triplique y llegue a alcanzar los 21.000 millones de dólares en 2020.
Unas cifras que se apoyan en los hechos. Los materiales y servicios asociados a las impresoras 3D crecieron casi un 20% en 2015 en USA en comparación con el año anterior. Un mercado que actualmente es de 2.500 millones de dólares.
Sin embargo, no podemos ni siquiera intuir los avances que van a producirse gracias a la impresión 3d y la cuarta revolución industrial. Algunas tendencias apuntan a un futuro en el que serán normales ideas como las siguientes:
- Se va a producir una revolución en la alimentación. Ya no se trata sólo de que la NASA pretende que los astronautas se impriman la comida en el espacio. Además, podremos disponer de menús personalizados y que garanticen el aporte de nutrientes adecuado para cada persona.
- En materia de salud veremos avances inimaginables. Ya se han impreso prótesis variadas con gran éxito. Pero, además, en la Universidad de Princeton han logrado realizar en 3d un oído impreso que permite escuchar frecuencias que van más allá de las que actualmente pueden escuchar nuestros oídos. Eso sin contar con las posibilidades de reconstrucción facial en las que ya se están trabajando. Los avances en biomedicina que permiten las impresoras 3d junto a otras tecnologías están rompiendo muchos esquemas médicos del pasado al aportar soluciones a retos antes irresolubles. Por ejemplo, se está planteando la posibilidad de que nos escaneen tridimensionalmente para utilizarlo como historial médico.
- Podremos vivir en casas creadas con impresoras 3d. De hecho, la propia Agencia Espacial Europea quiere construir una estación lunar utilizando la impresión 3D sin tener que trasladar materiales desde la Tierra.
- Se podrán replicar productos de cualquier sector productivo. Desde trajes impresos en 3d a réplicas de coches o piezas de cualquier industria. De esta manera, no será necesario disponer de un stock, algo que modifica toda la industria tal y como la hemos conocido.
- Impresionantes avances en robótica. Por ejemplo, el MIT está trabajando en estos momentos en una técnica con el objetivo de crear robots que se puedan autoreplicar y autoreparar. Para ello, han desarrollado la primera técnica de impresión 3D para robótica que permite imprimir materiales sólidos y líquidos al mismo tiempo, el primer paso para conseguirlo.