El detergente que lava más blanco es el más adecuado para nuestra colada. El concepto lavar sirve para limpiar lo que está sucio. El blanco, inmaculado, es sinónimo asimismo de lo bueno, lo que está bien, lo limpio.
Si seguimos con las extensiones semánticas, el verde es el símbolo de la naturaleza y su protección, de la ecología y la conservación del medio ambiente, de la sostenibilidad.
La unión de las palabras “green” y “washing”, (“verde” y “limpiar” e inglés, con los conceptos que identifican) significa al final convertir una imagen, una marca, unas prácticas, una empresa o compañía o acción en algo sostenible y ecológico. Es decir, se trata de sumar a nuestro interés todo lo bueno que tiene la naturaleza y el ecologismo sin realmente tener que hacerlo o, simplemente, parecerlo.
Los expertos consideran que muchas veces existen pruebas de las prácticas de organizaciones que se apuntan al greenwashing. Lo contradictorio es que invierten más dinero en publicitar ser verde que en prácticas realmente ecológicas.
La denominación de greenwashing
El ecoblanqueo, ecoblanqueamiento, ecopostureo, lavado verde o lavado de imagen verde, según la definición que ha calado entre los especialistas, se trata de una forma de propaganda en la que se realiza marketing verde de manera engañosa para promover la percepción de que los productos, objetivos o políticas de una organización son respetuosos con el medio ambiente con el fin de aumentar sus beneficios.
Por tanto, greenwashing consiste en orientar la imagen de marketing de una organización o una empresa hacia un posicionamiento ecológico mientras que sus acciones van en contra del medio ambiente. Esta comunicación verde no siempre significa que la empresa sea más respetuosa con el medio ambiente ni que haya adquirido un compromiso medioambiental. Así, el greenwashing se define como una comunicación abusiva y engañosa.
Los esfuerzos de esta forma de pseudo-ecologismo varían ampliamente. Para empezar, se puede encontrar que se cambia el nombre o la etiqueta de un producto para evocar el medio natural sin que haya variado su impacto ambiental o sobre la salud. En el otro extremo, puede haber campañas publicitarias multimillonarias que retratan a empresas altamente contaminantes como respetuosas con la naturaleza.