El porcino es un sector clave en la industria agroalimentaria española, y el más importante en al ámbito ganadero, alcanzando el valor de su producción en el año 2017 una cifra superior a 6.800 millones euros.
En los últimos cinco años se observa un importante crecimiento en la producción nacional de carne de cerdo, incrementándose en más de un 25 %. Sin embargo, el consumo aparente ha evolucionado a menor ritmo, motivando la necesidad de abrir nuevos mercados en el exterior, para dar salida a la sobreproducción existente. Siendo el resultado muy satisfactorio, debido a que en el mismo periodo, el volumen de exportación aumentó en un 58 %, consolidándonos como uno de los países exportadores de referencia. El principal destino sigue siendo la UE-28, pero hay que destacar el importante protagonismo que están demandando ciertos países asiáticos, China principalmente, y en menor medida Japón y Corea del Sur.
Caracterización del modelo productivo nacional
La cabaña porcina se ha incrementado en los últimos diez años en más de 3 millones de animales, sin embargo el número de explotaciones ha descendido en más de 13.500 granjas. Esta importante reestructuración se ha traducido en un crecimiento considerable del tamaño medio de explotación, optimizando así los recursos y maximizando los beneficios por explotación.
El mayor número de animales se concentra en el noreste peninsular, aglutinando Cataluña y Aragón el 40 % del censo porcino. Otras comunidades importantes son Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía, que alcanzan entre ellas el 38 % del total nacional.
Nuestro modelo de integración se consolida como competitivo, sostenible, y uno de los referentes a escala europea. Se caracteriza por la especialización de las granjas en las distintas fases productivas, la elevada productividad, menor impacto ambiental, cumplimiento de la normativa vigente, y sobre todo por el enfoque empresarial que recibe el ganadero por parte de la empresa integradora. El modelo permite que tanto integrador como integrado obtengan importantes rendimientos económicos, garantizándose así la producción la integradora, permitiendo al integrado modernizar su explotación, y colaborando ambos con el desarrollo económico de ciertas zonas desfavorecidas del país, donde la limitación de recursos dificulta el desarrollo de otras actividades agrarias.
Durante los últimos cinco años se ha incrementado de forma considerable el margen de explotación de nuestras granjas, debido principalmente al descenso del precio del pienso, la mejora en el índice de conversión en cebo (mide la transformación del pienso ingerido en carne producida), y al incremento del número de lechones por cerda. Estos importantes avances se han desarrollado gracias a la demanda del mercado, mejora genética y tecnificación de los distintos procesos productivos, repercutiendo en una mejora en la rentabilidad de las explotaciones.
Concentración empresarial
Los procesos dinámicos de integración industrial ocurridos en los últimos años, han contribuido a la mejora en la competitividad de nuestras empresas.
De este modo el volumen de carne comercializada por el “top 10” de los principales grupos empresariales en el año 2015 representaba el 52 % del volumen total comercializado. Mientras que en el año 2017 este grupo selecto ha incrementado su cuota de mercado, hasta llegar al 55,8 %, poniendo así de manifiesto la clara tendencia para los próximos años de continuidad de estos procesos de concentración. De este modo se conseguirá ganar en volumen, optimizando mejor los insumos utilizados en la industria, y pudiendo integrar dentro de un mismo grupo las fases ganaderas, fabricación de piensos, mataderos y elaboración de productos cárnicos.
Todo este proceso se consolida gracias a que la carne de cerdo sigue siendo la más consumida a escala nacional. Las nuevas tendencias de mercado observadas en los últimos años, muestran un leve descenso del consumo de carne fresca y un incremento en el consumo de carne congelada y transformada. Igualmente se aprecia un importante ascenso del consumo de carne fresca de cerdo en supermercados en detrimento de la tienda tradicional.
Mirando al futuro…
Actualmente España es el segundo productor europeo, tan solo por detrás de Alemania, y para continuar estando a la vanguardia europea, será fundamental continuar optimizando costes en los procesos productivos, invirtiendo en tecnología, y maximizando el valor añadido de nuestros productos. Para ello es fundamental orientar nuestras producciones según la demanda global, y exigencias del consumidor hacia productos con clara trazabilidad, saludables, ecológicos, etc.
Otros importantes países competidores europeos como Alemania y Holanda, tienen una mejor conexión vía marítima o fluvial, respecto a nuestro país. Por tanto, será preciso buscar productos alternativos a la soja, que aporten proteína vegetal, realizar acopios estratégicos de materias primas en ciertos países, posibilitando así reducir el coste de transporte, y consolidar los procesos de integración de las empresas fabricantes de piensos, para ganar en dimensión, mejorando así su eficiencia.
Grupo Cajamar y la industria agroalimentaria
Desde el Grupo Cajamar Caja Rural siempre hemos apoyado al sector agroalimentario en su camino hacia la modernización para poder estar a la vanguardia en el contexto europeo. Y uno de los pilares fundamentales es la industria cárnica porcina, con la que estamos muy vinculados a través de distintos convenios, eventos, jornadas, y ferias agroganaderas en las que estamos presentes. De esta manera podemos conocer de primera mano las necesidades del sector, la demanda de las principales empresas, opiniones de las asociaciones, visión de las administraciones, etc.
Recientemente hemos publicado el “Barómetro ANICE-Cajamar de la Industria Cárnica Española”, referente al primer semestre de 2018, así como una publicación monográfica titulada “El sector porcino. De la incertidumbre al liderazgo”.