El plan de negocio es una herramienta clave para el buen desarrollo de tu empresa. Diseñar con éxito un plan de negocio es una cuestión fundamental a la que le tienes que dedicar especial atención.
El plan de negocio es un documento escrito que sirve para analizar en detalle una idea de negocio, determinar la estrategia y tácticas a seguir y facilitar la toma de decisiones sobre la inversión a realizar y el camino a seguir.
Las funciones de un plan de negocio pasan por identificar de forma muy detallada la idea de negocio. En segundo lugar se busca en el plan de negocio examinar su viabilidad técnica, es decir, si es una fantasía o si se puede realizar. También se para a pensar en su aspecto comercial, es decir, si podemos vender nuestra idea de negocio transformada bien en un producto bien en un servicio.
Por supuesto, el plan de negocio no pierde nunca de vista el aspecto financiero para saber si la idea va a ser rentable. Para lograr todos estos fines, el plan de negocio para tu empresa debe planificar de forma determinante todas las tácticas que habrá que desarrollar y los recursos que se necesitarán para dar los pasos necesarios para llegar al objetivo o a los objetivos marcados.
Las 7 fases del plan de negocio
La Cámara de Comercio de España propone desde su página en internet siete fases para desarrollar un plan de negocio para tu empresa.
1.- Define las características de tu producto o servicio.
Nadie mejor que tú mismo para detallar con claridad y concisión el fundamento de tu negocio: ¿Qué ofreces exactamente? ¿Qué valor añadido presenta respecto a la competencia? Plantéate éstas y otras preguntas para conocer todos los detalles de lo que tu futura empresa ofrecerá. A fin de cuentas, tu producto o servicio será, en un primer momento, tu carta de presentación en la sociedad empresarial
2.- Realiza un análisis estratégico realista sobre tus ventas
Una vez sabes qué vas a vender, tienes que plantearte cómo lo harás ¿Y quién lo adquirirá? Debes definir cuál es tu potencial cliente y el tamaño de tu mercado para determinar cuál puede ser el potencial volumen de ventas. En función de ese cliente ideal, también sería recomendable detallar el público objetivo.
3.- Decide tu forma jurídica
¿Has optado por crear tu propia empresa como autónomo? O, por el contrario, ¿prefieres constituirte como sociedad? En ese caso, también tendrás que decidir qué figura societaria adoptar: limitada, laboral, anónima…
4.- Conoce a tu competencia
Elabora un estudio de mercado y define cuál es la situación actual del mercado en el que se ofertará tu producto o servicio. Saber contra quién compites es la clave para detectar y potenciar el valor añadido de tu producto.
5.- Conoce tus necesidades iniciales
Para poner en marcha tu empresa probablemente necesites una oficina. O quizá hayas optado por instalarte en un vivero de empresas durante su nacimiento. También deberás detallar las infraestructuras tecnológicas e informáticas, las necesidades técnicas y decidir quién o quiénes compondrán el equipo humano. De nuevo, es necesario ser realista en este punto.
6.- Contrasta tus datos financieros
Conocer tu punto de partida económico y el objetivo al que quieres llegar es necesario, pero también lo es detallar cómo llegar hasta esa meta. ¿De qué recursos dispones? ¿Necesitarás ayudas para nuevos autónomos y emprendedores? Llegados a este punto recuerda que cualquier empresa en general, y las startups en particular, arrojan resultados negativos financieramente en sus inicios.
7.- Revisa tu plan de empresa.
Llegados a este punto, habrás definido y recopilado una gran cantidad de información. Revísala para detectar errores y corregirlos, e intenta sintetizar todo en un resumen ejecutivo. En este nuevo documento pon en marcha tu creatividad, ya que será el que tus potenciales inversores consulten. Recuerda captar la atención en los primeros párrafos para evitar que acabe almacenada junto a otras propuestas de negocio en un cajón.