En medicina, se denomina riesgo cardiovascular a la probabilidad de que un individuo determinado presente una enfermedad cardiovascular grave como infarto agudo de miocardio o accidente vascular cerebral. Se ha calculado que, solo en el año 2015, las enfermedades cardiovasculares fueron la causa de veinte millones de fallecimientos en todo el mundo.
En efecto, las enfermedades cardiovasculares son las que afectan al corazón y los vasos sanguíneos por los que circula la sangre. Este conjunto de dolencias es la principal causa de muerte a nivel mundial, tanto en hombres como en mujeres. Y su frecuencia no deja de aumentar.
Prevención para combatir las enfermedades cardiovasculares
El origen fundamental de la enfermedad cardiovascular es la aparición de placas de ateroma en los vasos sanguíneos, lo que se denomina ateromatosis. Estas placas son depósitos de grasa que se depositan en la pared de las arterias. La presencia de ateromatosis en la pared de las arterias no da ningún tipo de síntoma hasta que obstruyen el paso de la sangre y producen la lesión en alguna parte de nuestro cuerpo:
- Ictus cerebral.
- Infarto cardíaco.
- Claudicación de las piernas.
Siempre, las recomendaciones sanitarias aseguran que la prevención es más eficaz y menos costosa que el tratamiento y la rehabilitación. Más vale prevenir que curar, dice el refrán. Y en el caso de la salud cardíaca esta frase es, si cabe, aún más cierta.
El colectivo médico insiste en que la mejor manera de combatir las enfermedades cardiovasculares es procurando que no lleguen a aparecer. Un objetivo posible si modificamos nuestras conductas y hábitos, reduciendo al máximo los factores de riesgo relacionados con eventos cardíacos.
Consejos para prevenir el riesgo cardiovascular
Por eso, hay una serie de consejos que hay que seguir si quieres mantener tu salud cardiovascular como debería estar:
- Mantener una dieta sana y equilibrada, limitando al máximo el consumo de sal, evitar la obesidad y el sobrepeso. Cuando la medición del perímetro abdominal es mayor de 88 cm. en las mujeres y de 102 cm. en los hombres, se considera que hay un aumento del riesgo cardiovascular.
- Realizar actividad física a diario. Lo mínimo que se recomienda es caminar a diario.
- Controlar las cifras de tensión arterial. Que deben estar por debajo de 140/90 mm Hg.
- Controlar las cifras de glucemia basal o glucosa en sangre. La cifra de glucosa en sangre se considera normal cuando es menor de 100 mg/dl; entre 100 mg/dl y 126mg/dl, y por encima de esta cifra, se propondrán la actuación a seguir para descartar una diabetes. Y las cifras de colesterol. El criterio de normalidad depende de la edad, el sexo y de la presencia de otros factores de riesgo añadidos.
Además, hay una serie de pautas que se pueden seguir para tener un corazón en perfecto estado de revista:
- Pescado, cada dos días.
- Dieta Mediterránea.
- Equilibrar el consumo de grasas.
- Mucho Omega 3.
- Adiós al colesterol.
- Andar 30 minutos al día.
- Menos alcohol y sin tabaco.
- Reducir el peso.
- Mejor sin sal.