Es obvio que en nuestra sociedad no solo vivimos en un cambio, sino que el cambio en este caso es de tal dimensión y alcanza tal velocidad que cada día caduca la última visión estable que nos fue común.
De esta manera, existen muchas y muy distintas referencias sobre lo que fue, es y será todo nuestro mundo, en función de la perspectiva y del momento de quien haga cada análisis. Tantas predicciones como materias de estudio. Tantísimas que podríamos decir que vivimos sobre una ola veloz que ni nos deja ver qué pasa a derecha e izquierda, ni por donde hemos pasado… de igual manera que tampoco nos permite saber con precisión hacia dónde vamos. Salvo que vamos hacia adelante y a gran velocidad.
¿Pero qué hay debajo de la ola? ¿sólo liquido? ¿Es la ola nuestra sociedad? ¿Una sociedad líquida? ¿es el movimiento continuo la causa, la consecuencia o la propia fórmula?
De cada golpe de ola contra las rocas se debe aprender algo distinto a volver a ser mar, para luego volver a ser ola. De cada crisis que vive nuestra sociedad hemos de extraer conclusiones que apliquen factores de corrección de su movimiento, la velocidad, la orientación que tiene y las bases de su crecimiento. Porque cada crisis del crecimiento económico genera distintas crisis “nosoloeconómicas” en nuestro entorno, que en última instancia, ni es tan líquido ni tan flexible como queremos verlo.
Porque el movimiento parece orientarse inequívocamente hacia el crecimiento económico. El objetivo es crecer, pero ¿crecemos bien?
Nunca en la historia ha existido el “Poder Perfecto” que ahora vivimos. Con capacidad para influir en el mercado, en el conocimiento, en los medios, en la normativa y en la evolución tecnológica. Nunca tanta concentración de poder ni nunca tanta capacidad. Intensiva y extensiva, porque su impacto es a la vez quirúrgico –porque posee la sofisticación para serlo- como extensivo, porque posee la capacidad de para generar un efecto global.
Nunca ha existido mayor capacidad para investigar, inventar, producir y crear a la vez objetos y pensamiento… para modelar y definir la evolución de grupos y personas. Y sin embargo nunca ha sido tan grande el desequilibrio, las diferencias y la brecha entre los grupos sociales que crecen y los grupos sociales que no crecen.
El futuro empezó ya. Y no es en si un tiempo futuro, sino un pasado en el que estamos presentes en movimiento continuo que… ¿hacia dónde nos lleva?.
Y seguramente haya tantas respuestas como sectores. Pero ninguna, ni ningún grupo de respuestas, es capaz de convertir la ola veloz en un próspero mar que no cesa, pero que deje por fin de ser tormenta.
Porque queremos hablar de “nosoloeconomía” para referirnos al crecimiento, “hablamos de esfuerzos multilaterales para mejorar los niveles de vida internacional”. Porque son también estos términos los que están reflejados en el WEO (World Economic Outlook del FMI en “Perspectivas de la economía mundial”, Washington, 16 enero 2017 (https://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/weo/2017/update/01/pdf/0117s.pdf). Hablamos de ser consciente de las “contramarchas” que alude. De saber que disponemos de las políticas para intervenir. Que disponemos de los medios y las instituciones para activarlas. Pero con la convicción de que el objetivo es ya el del “crecimiento nosoloeconómico”.
Porque hablamos de desarrollar e implementar políticas cimentadas en un entorno global, en el que internacionalización de nuestra economía y de nuestra visión sea la base del desarrollo que trae aparejado el crecimiento. Pero aportando un matiz. Nuestra experiencia de desarrollo y crecimiento, como grupo cooperativo. Un modelo contrastado durante décadas a tener en cuenta. Una visión cooperativa del crecimiento local trasladada a un entorno global que ya es lo local de cada uno de nosotros. Porque el impacto de cada política, de cada medida, de cada movimiento llega hasta cada uno de nosotros. Y su impacto es “nosoloeconómico”.
Porque desde nuestra perspectiva cooperativista, se trata de crecer, sí. Pero de crecer juntos.
