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2023 es el año perfecto para que se convierta en tu año verde. Será un conjunto de meses y días en los que tus movimientos serán más sostenibles en muchos campos de tus rutinas diarias. La idea es que el sentimiento ecológico impregne tu día a día y que con pequeños actos te sumes a un movimiento que busca cuidar nuestro planeta.

Mucho se habla y es verdad de las responsabilidades que los países o las empresas tienen respecto al medio ambiente. Pero es también muy cierto que como personas, como individuos, también tenemos deberes para que la sociedad sea más sostenible. A nivel individual, entre todos, paso a paso, poco a poco, podemos marcar la diferencia.

Una frase que hay que tatuarse es que la responsabilidad ecológica es un deber de cada ciudadano del mundo, no solo un derecho al que debemos aspirar. Para empezar a posicionarnos y conseguirlo, nada mejor que aplicar el viejo adagio que dice: “Piensa globalmente, actúa localmente”.

1.- Hay que consumir menos plástico

Para empezar, tenemos que reciclar perfectamente nuestra basura. Esto significa que hay que depositar latas, envases y tetrabrik en los contenedores pertinentes, ya que es la única forma que pueden reciclarse. Pero hay más pequeños detalles. Por ejemplo, ahora que se cobran en las tiendas y supermercados las bolsas de plástico es una gran idea que llevemos nuestra propia bolsa natural para llevar a casa la compra.

2.- Electrodomésticos aliados

Al renovar los electrodomésticos deberíamos tener en cuenta además del precio y sus funciones, las clásicas características que se miran al detalle, su eficiencia y sus datos de consumo. Nuestro bolsillo, el medio ambiente y las futuras generaciones, nos lo agradecerán.

3.- Genera menos basura

La basura la generamos las personas. La naturaleza no la genera porque todo se aprovecha siempre. Así que tenemos que imitar a la madre naturaleza y reciclar y reutilizar.

4.- La comida también puede ser una actitud verde

Está claro que se impone un uso racional de la comida. A la hora de hacer la compra, hay que hacer una lista y medir con exactitud lo que se va a necesitar. La idea clave es que no se desperdicia nada y que no se tira nunca comida a la basura.

5.- Todo se recicla

Atención, todo tiene una segunda vida que, por supuesto, pasa por no ser un objeto contaminante tras su vida. Los papeles y cartones deben ser reciclados, así como los plásticos y los envases de vidrio. El aceite usado, las pilas y baterías, los medicamentos y los componentes electrónicos. Pero tampoco debes tirar los medicamentos a la basura. Infórmate en la farmacia de tu barrio sobre qué hacer con ellos.

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