Cucharas, tenedores, cuchillos, vasos o platos de plásticos de un solo uso tienen los días contados en Francia, explica este artículo de Greenpeace. Lo mismo sucede con los bastoncillos de plástico para los oídos, las bolsas o las microesferas en los cosméticos.
Reino Unido también parece que se quiere sumar a la guerra contra las microesferas y ha declarado su intención de prohibirlas. Nuestro vecino del sur, Marruecos, se ha sumado y ha prohibido las bolsas de plástico desde el pasado mes de julio.
Todas estas medidas suponen un primer paso para luchar contra el peligro que la contaminación por plásticos representa para nuestro planeta. El plástico no solo tiene efectos visuales negativos sino que supone una amenaza para la salud humana y la biodiversidad de la Tierra.
Buena parte de este residuo plástico termina en nuestros océanos causando graves impactos en la vida marina:
- Enredos.
- Asfixia.
- Estrangulación.
- Desnutrición (tras ser ingeridos y bloquear el estómago o intestino del animal).
Los océanos se están convirtiendo en el vertedero del plástico que inunda la sociedad actual. 8 millones de toneladas que acaban cada año en nuestros mares y, ya sea en forma de microesferas o de envases de plástico, la ciencia nos demuestra que terminan incorporándose a la cadena trófica.
En 2020 se prohibirá la distribución de bolsas de plástico
En España, el Gobierno planea prohibir la distribución total de las bolsas de plástico a los consumidores a partir de enero 2020. Hasta entonces, prevé obligar al cobro de las mismas a partir de marzo de 2018, según recoge el proyecto de Real Decreto de reducción de este material, que el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) ha abierto para consulta pública este miércoles 26 de julio, y hasta el próximo 15 de septiembre.
Así, a partir de enero de 2020 se prohibirá la distribución de bolsas de plástico ligeras y fragmentables por parte de los comercios y su venta estará prohibida. No obstante, según señala el borrador, habrá dos excepciones:
- Las producidas con material compostable.
- Las bolsas más gruesas (de más de 50 micras) puesto que sus características permiten una mejor reutilización.
Razones para decir no al plástico
La conclusión de los estudios científicos es que las bolsas de plástico contaminan y tardan demasiado tiempo en reciclarse. Las razones para decir no a las bolsas de plástico:
- Se fabrican a partir del petróleo, un recurso no renovable, costoso, cada vez más escaso y responsable de la emisión de gases de efecto invernadero, es decir, del cambio climático.
- Su reciclaje no es rentable: cuesta 100 veces más reciclarlas que producirlas nuevas.
- La mayoría acaba en el mar o quemada en las incineradoras y en los hornos de cemento. Se han encontrado bolsas flotando al norte del Circulo Ártico y en lugares remotos del Atlántico Sur.
- Contaminan durante su fabricación y su incineración (dioxinas, cianuro…).
- Algunas están impresas con tintas tóxicas.
- Tardan entre 150 y 1000 años en descomponerse.