Aunque la realidad virtual y la realidad aumentada a veces puedan confundirse, representan factores bastante diferentes. Es cierto que en los últimos meses se está escuchando cada vez más hablar sobre ambas prácticas. De hecho, las estadísticas y las tendencias dicen que son parte de nuestro futuro más cercano. Pero, ¿sabes distinguir una de otra?
El boom de la realidad virtual y la realidad aumentada ha sido tal que la mayoría de personas piensa que son lo mismo. Y quienes piensan que no lo son, los asocian a gafas del futuro, dispositivos modernos y pantallas virtuales.
Pero crean esos vínculos sin saber qué dispositivo pertenece a quién. No obstante, los objetivos que la realidad virtual y la realidad aumentada persiguen son diferentes. Cada una pretende posicionarse en un campo. Aun así coinciden en algo: consiguen crear diferentes panoramas virtuales en el panorama digital.
Diferencias entre la realidad virtual y la realidad aumentada
Ambas tecnologías comparten características pero su objetivo es opuesto:
1.- Realidad Virtual
La realidad virtual intenta sustituir la realidad mediante dispositivos que buscan hacerte sentir, con todo lo que eso conlleva, que te encuentras en otro lugar. Pretende hacerte viajar a otra realidad que no existe. De hecho es una realidad previamente construida, virtual.
Es todo lo que tienes en mente. Te pones unas gafas y te llevan a un mundo paralelo. De hecho, gracias a la tecnología de imágenes en 360º, puedes sentir que realmente estás en otro sitio. La realidad virtual hace que si giras la cabeza para mirar a tu alrededor puedas seguir viendo más y más universo paralelo.
En el caso de la realidad virtual se ha trabajado mucho desde que Facebook adquirió Oculus Rift. Se trata de unas gafas de realidad virtual que están enfocadas a un sector muy potente: el de los videojuegos. De hecho, los avances y las opciones que estas gafas proporcionan a los usuarios permiten que las experiencias se desarrollen con total naturalidad.
2.- Realidad aumentada
Por otra parte, la realidad aumentada lo que intenta es complementar y mejorar la propia realidad. Para ello trabaja sobre ésta superponiendo otros complementos artificiales que la combinen. Todo con el fin de perfeccionarla.
Por ejemplo, si piensas en realidad aumentada, es probable que automáticamente te vengan dos términos a la cabeza: Google Glass y Pokémon Go. Y es que aunque ambos conceptos son diferentes, los dos pertenecen a esta realidad.
Las Google Glass te proporcionan información de todo tipo. Desde el clima hasta avisos de mensajes y llamadas. Y todo eso trabajando sobre una misma realidad, sin añadir ciencia ficción. Esto crea una superposición de realidades en la que ninguna es más o menos que la otra. Se trata de un proceso de complementar cada panorama.
El fenómeno de Pokémon Go!
El pasado verano no se hablaba de otra cosa. Pokémon Go fue el boom más sonado de la realidad aumentada. De hecho, es un buen ejemplo de que ésta puede ser sencilla. Y que, por supuesto, puede causar impacto en las masas.
Asimismo, han sido muchas las anécdotas que se han hecho eco acerca del viral videojuego. Desde accidentes provocados por un mal uso hasta reuniones multitudinarias de usuarios. Pero aun así, su potencial viajó hasta las estrategias de marketing más estudiadas. Y son varias las campañas de marketing que se han desarrollado teniendo, como principal protagonista, la realidad aumentada.
Un claro ejemplo es Ikea, que supo aprovechar las ventajas de este método. Por ello, creó un catálogo virtual en el que los usuarios pudieran ver cómo quedaban varios de sus productos en diferentes ambientes.
¿Cuál es el futuro de la realidad virtual y la realidad aumentada?
Aunque actualmente la realidad aumentada esté siendo más utilizada por marcas por sus beneficios, la virtual sigue trabajando por conseguir llegar a las masas.
De hecho, Marcas como Sony siguen apostando por ella. Tanto es así que se ha lanzado la Playstation VR, una versión de realidad virtual que, de momento, cuenta con un éxito considerable.
No obstante, la realidad virtual queda delimitada por un sector, el de los videojuegos. Y aunque sea muy potente y cale en mucha gente, quedar tan limitado no siempre es bueno.
En definitiva, todos los avances que estamos viviendo no son más que el principio de los avances tecnológicos que están por venir. Tanto en el mundo del entretenimiento como en diferentes sectores cotidianos. De hecho, la clave podría estar en el uso que se le consiga dar a una de estas realidades.