La incertidumbre política normalmente implica mayor volatilidad en los mercados. Y si además, las expectativas son muy dispares, aún más. Esta es la situación que nos encontramos en las elecciones americanas de hoy.
La intensa batalla que los dos candidatos presidenciales están manteniendo es única en décadas, en cuanto a términos de efectos de mercado. Las grandes diferencias en la política social y económica de los dos candidatos, hacen que la incertidumbre financiera sea muy elevada. Esto se demuestra en que muchos votantes están en una encrucijada en cuanto a que candidato deben elegir.
Si la Candidata Democrata Hillary Clinton gana, se asume una continuidad político-económica que aliviará a los mercados. Estos continuarán a corto plazo con una tendencia alcista y de toma de riesgo. A medio, largo plazo sectores como el farma o bancario, están más expuestos, debido a una creciente regulación y bajada de rentabilidad. Los tipos de interés seguirán su trayectoria alcista (2% en el bono 10 años). Existiendo una poca flexibilidad debido a que la maquinaria del gobierno seguirá su curso actual.
Por el contrario si el Candidato Republicano Donald Trump ganara, la reacción inicial de los mercados será de un risk-off ( caída brusca del mercado). Previsiones de caídas de bolsa sobre el 10% y posible rally de los bonos como refugio. A largo plazo, se podría esperar una menor intervención del gobierno en el día a día y más estímulo fiscal. Eso llevaría a los tipos de interés quizás más a niveles del 2.25-2.5% en el bono diez años.
En cualquier caso el mercado americano abrirá el miércoles ya descontando la noticia del nuevo presidente, sea a la alza o a la baja. No habrá oportunidad de esperar al resultado y luego posicionarse. Habrá que entrar con un punto de vista en concreto, sea neutral o a favor de uno de los candidatos. Y aunque las estadísticas están ligeramente a favor de la Sra. Clinton, cualquier variación mínima puede decantar la balanza.