El próximo domingo se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una jornada de concienciación que en España organiza la asociación 11 de Febrero por la igualdad de género en las disciplinas científicas y el fomento de la llegada a la educación superior de las mujeres, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la Agenda 2030 de la ONU.
La presencia de las mujeres en el ámbito científico es creciente, pero la realidad es tozuda y hay que seguir trabajando para alcanzar la igualdad plena también en estas disciplinas. En este sentido, la ONU asegura que “la brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM) persiste desde hace años en todo el mundo. A pesar de que la participación de las mujeres en las carreras de grado superior ha aumentado enormemente, están todavía insuficientemente representadas en estos campos”.
Investigación y transferencia en Cajamar
BCC y Cajamar recibieron hace unos días el distintivo ‘Igualdad en la Empresa’ de la mano de la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y se unen a la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
En los centros experimentales de Cajamar desarrollan su labor investigadora 28 titulados superiores especializados en agronomía, entre ellos 13 mujeres que habitualmente dedican una parte de su tiempo a la difusión de las prácticas más innovadoras y sostenibles de una agricultura de vanguardia entre los niños y niñas de colegios de toda España, despertando su curiosidad, sus ganas de aprender y, con seguridad, alguna que otra futura vocación investigadora.
Una de las investigadoras con más experiencia es María Dolores Fernández, que se formó como ingeniera agrónoma en la Universidad de Córdoba y se doctoró en la Universidad de Almería. En 1994 comenzó a trabajar en la Estación, y desde entonces ha dedicado sus esfuerzos al desarrollo de estrategias de programación de riegos y análisis de la calidad del agua en cultivos hortícolas bajo plástico.
Autora de diversos artículos en revista de impacto, ha participado en una treintena de proyectos de I+D+i y en numerosos congresos nacionales e internacionales, además de codirigir tres tesis doctorales. Durante todos estos años, ha adaptado la metodología de la FAO a los cultivos locales para determinar las necesidades hídricas los cultivos de invernadero, evaluando sensores que miden la humedad del suelo y de la planta como herramientas para la ayuda en el manejo del riego, con el objetivo final de mejorar la eficiencia del uso del agua y minimizar los problemas de cultivo asociados a riegos excesivos o deficitarios.
En la actualidad, entre otras iniciativas participa en el proyecto Fertinnowa (“Transferencia de técnicas innovadoras para el uso sostenible del agua en cultivos fertirrigados”), en el que colaboran 22 entidades europeas de 9 países diferentes, además de una empresa especializada con sede en Sudáfrica. El objetivo del proyecto es la creación de una red temática que permita recopilar,
intercambiar, adaptar, mostrar y transferir soluciones innovadoras para el manejo del agua, reduciendo el impacto medioambiental de los sistemas fertirrigados.