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En un sector tan atomizado y competitivo como este, no se puede abrir una tienda esperando que, todo aquel que pase, compre.

Los cuatro factores que hay que cuidar especialmente y que de ellos depende en un gran porcentaje el éxito o fracaso de un establecimiento comercial son:

  1. Aunque pueda parecer una obviedad, la ubicación de una tienda tiene mucho que ver con el éxito futuro del negocio. En muchas ocasiones, la elección del local viene supeditada a un mayor o menor precio en el alquiler y no tanto a que esté ubicado en un lugar estratégico, cerca de donde se encuentra el público objetivo al que se va a dirigir el negocio. Y esa errónea decisión supondrá, tal vez, un alquiler más barato (o no), pero también una falta de público objetivo. En definitiva, que tengamos más clientes y de más calidad va a depender, en gran parte, de que nuestro local esté ubicado estratégicamente. ¿Y dónde es eso? Allí, donde estén los clientes a los que les vamos a vender nuestros productos.
  2. En un sector tan atomizado y competitivo como este, no se puede abrir una tienda esperando que, todo aquel que pase, compre. En retail, hay dos formas de generar tráfico: una, llamando la atención a la gente que pasa delante de la tienda para que entre y, otra, haciendo que vengan los clientes que no son de proximidad.

¿Cómo llamamos la atención del que no pasa delante de la tienda? Ahora es más fácil utilizar las herramientas del entorno digital para que si la gente no va a tu tienda que la tienda vaya a ella, por ejemplo, aquellas itinerantes o efímeras (pop up store) o estrategias dirigidas a llevar y mostrar los productos en centros comerciales, oficinas, etc. El retail se ha vuelto líquido y para hacer marketing hay que tenerlo muy en cuenta.

  1. Tampoco se puede gestionar una tienda con papel y boli. Y hay comerciantes que lo hacen. Gestionar el aprovisionamiento es vital: qué compras y qué control tienes de lo que compras. No tener un software de gestión de producto es no saber nada de lo que está pasando en tu tienda y en el almacén. Es necesario tener codificado los productos que entran para tener un mínimo de control del stock. Y también el producto que no se vende y que ocupa un espacio. La mercancía tiene que rotar cada cierto tiempo y lo que no funciona, lo tienes que saldar para dar entrada a productos nuevos. Para crear hay que destruir. Es inevitable.
  2. La planificación financiera es un mal que afecta a la mayoría de emprendedores, pero con mayor virulencia al comercio. Muchos siguen anotando las compras y las ventas en un cuaderno y cuando necesitan algo puntual, recurren al gestor. También hay comerciantes que cuando necesitan dinero para comprar, meten la mano en la caja. Aunque no sean expertos, es importante saber, al menos, qué gana al mes, sus márgenes, su flujo de caja, el coste del aprovisionamiento y el apalancamiento con sus proveedores.

Este y otros artículos de interés para tu empresa los podrás encontrar en Plataforma Comercios, gracias a la colaboración de la revista EMPRENDEDORES.

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