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El día 30 de octubre de 2016, a las 3:00 de la mañana, el reloj se cambiará y volverán a ser las 2:00 de la mañana. Para muchos, será el final definitivo de lo poco que quedaba del verano.

En estos tiempos en que las estaciones casi han desaparecido pasando de cuatro a dos, “veroño” y “priverano”, los cambios de horario nos hacen plantearnos nuestras rutinas. Y generan cada año un debate sobre su conveniencia por el probable y recomendado ahorro energético que se obtiene combinado con la nostalgia y tristeza que produce que la noche llega cuando aún es la tarde.

A continuación analizaremos razones, ventajas e inconvenientes de este debate que surge, como precisamente un reloj, cada vez que toca adelantar o retrasar sus manecillas.

¿Cómo y cuándo empezó el cambio de hora?

La revista National Geographic recuerda que fue Ben Franklin, al parecer fue la primera persona en sugirió el concepto de ahorro de luz diurna, según David Prerau, autor del libro Seize the Daylight: The Curious and Contentious Story of Daylight Saving Time.

Mientras desempeñaba su papel como embajador de los Estados Unidos en Francia, Benjamin escribió que había sido despertado varias veces a las seis de la mañana y se había dado cuenta de que el sol resplandecía antes de lo acostumbrado.

Franklin pensó en la cantidad de aceite que se podría ahorrar durante la noche si la gente se despertara antes para hacer sus tareas. Pero no fue hasta la I Guerra Mundial cuando el cambio de horario se llevó a gran escala.

Alemania fue el primer estado en aprobar el cambio de hora para reducir las horas de iluminación artificial y así ahorrar carbón que podría utilizarse en la guerra. Pronto amigos y enemigos siguieron su ejemplo.

¿Ayuda a ahorrar el cambio de hora?

De la historia a la actualidad, la pregunta que alimenta el debate es si realmente ayuda a ahorrar energía. El blog de divulgación científica Microsiervos cita un artículo en la también prestigiosa revista The Atlantic, It’s Time to Kill Daylight Saving. Y se pregunta: ¿Supone el horario de verano alguna diferencia?

Las pruebas sugieren que la respuesta es no. Después de que el gobierno australiano ampliase el horario de verano en dos meses más en el año 2000 para que abarcase los Juegos Olímpicos, un estudio de la Universidad de Berkeley demostró que el cambio no logró reducir la demanda de electricidad.

Más recientemente, un estudio en Indiana, un estado que no adoptó el cambio de ahora hasta 2006, demostró que el ahorro en electricidad quedó anulado por la utilización adicional de aire acondicionado.

Aunque el artículo hace referencia al cambio de hora en EE UU, que sucede un poco antes que aquí en Europa. los argumentos son igualmente aplicables ya que el efecto y el objetivo en todos los casos es el mismo: En teoría, beneficiar el ahorro de energía al disponer de más hora de luz solar o, en su origen, el ahorro en velas.

Otros efectos que tiene el horario de verano, y que se mencionan en el artículo, incluyen:

  • La reducción en la productividad en las horas o días posteriores al momento del cambio.
  • Los efectos que tiene este cambio en la salud de algunas personas y entre aquellos sensibles a los cambios de ritmo. Nuestros ritmos circadianos se configuraron hace eones sin considerar continuos cambios de hora.

Beneficios del cambio de hora estacional

Pero también hay quien aboga por las ventajas del cambio de hora. La revista Consumer los resume perfectamente:

  • Los responsables del cambio de hora aseguran que ahorra energía y que tiene numerosas ventajas para el medio ambiente.
  • Contribuye a luchar contra el cambio climático. La producción energética se basa en su mayoría en el uso del carbón o el petróleo. Estos combustibles fósiles emiten dióxido de carbono (CO2), un gas involucrado en el cambio climático. Cuanta menos energía se utilice, menos CO2 se emite.
  • También, para la salud, los expertos señalan que es más llevadero el momento del cambio horario de otoño que el de primavera, porque disminuyen las horas de luz. Esto favorece la secreción de melatonina, que, a su vez, ayuda a conciliar el sueño. Porque la luz no produce el mismo efecto durante la mañana que durante la tarde: por la mañana activa el ritmo, pero la luz durante la tarde lo demora.
  • Por último, argumentan razones económicas para la economía familiar, tan dañada con la duración de esta crisis. El cambio horario puede suponer un ahorro de seis euros en un año. Tener una hora más de luz solar reduce el uso de iluminación artificial, de electrodomésticos y aparatos energéticos, en general.
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