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Reciclar es importante porque ahorramos energía y luchamos contra el cambio climático, usamos menos materias primas, fabricamos nuevos productos, creamos puestos de trabajo y preservamos el medio ambiente. Y el comienzo de todo este proceso tiene su punto de partida en nosotros mismos, en nuestro propio hogar, en la cocina de nuestro domicilio, donde se producen las transformaciones de productos, las manipulaciones de envases y alimentos.

Lo que hay que grabarse en la piel a partir de este momento son las siglas RRR, que significan la base del reciclaje: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Se trata de tres tareas sencillas para realizar en nuestros hogares sin demasiadas complicaciones.

Por ejemplo, incluir una zona de reciclaje bajo el fregadero de cocina. O comprar electrodomésticos de bajo consumo o cambiar las luces de la cocina por unas igualmente de bajo consumo. En la misma cocina, y a la hora de incorporar la posibilidad de reciclaje, se puede instalar un depósito de basura orgánica en la zona de aguas.

Para finalizar, cabe añadir que deberíamos evitar el uso de productos con envoltorio de plástico, así como el uso de bolsas de plástico. Asimismo, cuando congelemos alimentos, podemos pensar en el uso de fiambreras o de botes de cristal que ejercerán la misma función sin perjudicar al medio ambiente.

Qué tenemos que reciclar

Lo cierto es que se puede reciclar prácticamente casi todo, desde los envases de plástico a las pilas. Estas son algunas de las opciones por las que podrías empezar:

1.- Envases de plástico

Reducir su consumo, reutilizar y reciclar son las tres acciones básicas para reducir su impacto, ya que el plástico tarda alrededor de 700 años en degradarse. Por eso, es importante depositar en el contenedor amarillo las botellas de agua, de detergente, el bote de champú o las bolsas de patatas.

2.- Briks

También podemos reciclar el brik de leche o de zumo depositándolo en el contenedor amarillo y, así, conseguir darles una segunda vida.

3.- Latas

Este tipo de envase está siempre presente en nuestra cocina. ¿Quién no tiene una lata de refresco o de conservas en el frigorífico? Las latas están compuestas de aluminio y se pueden reciclar un número ilimitado de veces. ¡Al contenedor amarillo!

4.- Envases de papel y cartón

Revistas, periódicos viejos, caja de cereales, de zapatos… todos deben ir al contenedor azul para ser reciclados y ayudar a reducir la sobre-explotación de los recursos naturales.

5.- Vidrio

Este material se puede volver a reutilizar mediante un proceso de lavado de desechos o a través de su fundición y puede ser reciclado al 100% una cantidad indefinida de veces.  Para ello debemos separarlos del resto de materiales. ¡Al contenedor verde!

6.- Pilas y baterías

Podemos encontrarlas a diario en el mando de la tele, el ratón del ordenador o en la maquinilla de afeitar y nunca debemos tirarlas a la basura con el resto de residuos. Tienen componentes altamente contaminantes, por lo que es muy importante llevarlas a los contenedores de residuos peligrosos que tengamos más cerca de casa o al punto limpio.

7.- Otros

Electrodomésticos, aparatos electrónicos, bombillas, aceites usados… también se puede reciclar en los puntos limpios.

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